Leonor empieza a tener problemas serios por el alcohol
La joven enfrenta nuevos desafíos mientras vive su independencia
Leonor no es ajena a la vida de cualquier joven de su edad. A sus 20 años, empieza a mostrarse más independiente, pero esa libertad trae sus propios retos. Durante estos meses ha estado fuera de España a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, una experiencia formativa con la Armada que marca un paso importante en su crecimiento personal. Sin embargo, la atención mediática la ha acompañado incluso lejos de Zarzuela.
No es la primera vez que la princesa aparece en fotografías con bebidas alcohólicas. Desde copas de vodka hasta jarras de cerveza, estas imágenes han hecho saltar las alarmas dentro de la Casa Real. Más allá del consumo en sí, el conflicto surge porque la familia quiere proteger su imagen. Los padres de Leonor no critican que se divierta, sino que se exponga públicamente y que ese momento se vuelva viral. Incluso con escoltas, paparazzi y curiosos han logrado capturar instantáneas de la joven en momentos privados, como en un pub en Punta Arenas o en playas de Montevideo con amigos.
Entre la diversión y la responsabilidad
La vida social de Leonor ha generado tensiones con sus padres, Felipe VI y Letizia. La princesa ha sido reprendida en varias ocasiones por aparecer en fiestas con bebidas alcohólicas o fumar cigarros electrónicos, actividades que consideraban inapropiadas para alguien que será futura reina de España. Los reyes entienden que es una adolescente, pero saben que su posición implica límites que otros jóvenes no tienen.
A lo largo de su formación militar, tanto en Zaragoza como en Pontevedra, también ha mostrado su lado más relajado con sus compañeros. Estas salidas y momentos de diversión son normales para cualquier joven, pero en el caso de Leonor adquieren otra dimensión. Según varias fuentes, los reyes intentan equilibrar la libertad de su hija con la necesidad de que proyecte una imagen adecuada. Felipe VI le aconseja disfrutar, pero con cautela; él comprende perfectamente los desafíos de crecer bajo la mirada pública.
Aunque estas situaciones no se han convertido aún en un problema grave de salud, sí representan un reto creciente para la Casa Real. La princesa, como cualquier persona de su edad, busca explorar y divertirse, pero el escrutinio constante de su vida privada aumenta la presión sobre ella y su entorno familiar. La cuestión ahora es encontrar un equilibrio entre juventud, diversión y responsabilidad, un aprendizaje que marcará su futuro como futura monarca.