La reina Sofía figura como beneficiaria de los miles de millones que tiene Juan Carlos I

La emérita se llevará una parte de los 1.800 millones de su marido

El silencio que rodea los movimientos financieros de Juan Carlos I vuelve a colocar a la Casa Real en el centro de todas las miradas. Según datos publicados por Forbes, la fortuna del emérito alcanzaría los 1.800 millones de euros, un patrimonio gigantesco acumulado en décadas de reinado y vida diplomática, con buena parte radicada fuera de España y con un origen difícil de rastrear. Buena parte de esos fondos estarían gestionados a través de la fundación que el exmonarca mantiene en Abu Dabi, un entramado que, según fuentes cercanas, servirá de vehículo para distribuir su legado.

Y es que, lejos de pensar en sus descendientes directos, el exmonarca habría trazado un reparto que rompe con cualquier previsión. Felipe VI, la princesa Leonor y la infanta Sofía estarían obligados a rechazar cualquier legado que comprometa su imagen pública. La consigna en Zarzuela es clara: ni un solo euro que pueda poner en cuestión la neutralidad y transparencia de la Corona.

Sofía, una beneficiaria inesperada

De este modo, el testamento coloca en primer plano a una figura inesperada: la reina Sofía. Fuentes cercanas aseguran que el emérito quiere rendir un homenaje silencioso a la mujer que sostuvo la institución cuando más tambaleaba. Su nombre aparecería como gran beneficiaria de esos fondos, en reconocimiento a su paciencia, su papel institucional y su capacidad de resistir escándalos sin alterar el pulso de la monarquía.

La realidad es que la decisión también tiene un trasfondo práctico. Al situar a Sofía en el epicentro del reparto, Juan Carlos I abre la puerta a que, más adelante, parte de ese capital pueda respaldar indirectamente a su hijo sin dañar la reputación del actual monarca. Es, en su lógica, una fórmula que asegura que su legado económico acabe beneficiando al núcleo de la familia sin arrastrar nuevas polémicas.

Así pues, en los pasillos de Zarzuela el asunto se comenta con prudencia. Nadie confirma ni desmiente un testamento de semejante alcance, pero la sola idea de que Sofía pueda convertirse en la gran heredera del patrimonio del emérito vuelve a situarla en el centro de una historia donde las lealtades, los silencios y las cuentas opacas siguen marcando el destino de la Corona.