La reina Sofía está extremadamente dolida con Leonor
Una distancia emocional que crece en silencio dentro de la familia real
Desde hace años, se comenta que la relación entre Reina Sofía y su nieta Leonor de Borbón habría perdido forma, hasta convertirse en prácticamente inexistente. Lo que empezó como una relación esperada y, en teoría, cercana, una abuela orgullosa y una nieta heredera, se ha ido enfriando con el tiempo. Según reportes publicados, los frecuentes desencuentros y la rutina de la familia real habrían alejado a ambas, no solo físicamente sino emocionalmente: la Reina Sofía habría lamentado en círculos íntimos la distancia creciente con Leonor, una ausencia que le duele profundamente.
Para Sofía, ver cómo el contacto cotidiano con sus nietas se volvió casi nulo ha sido un golpe duro. Lejos quedan las visitas esporádicas y los gestos de cariño, sustituidos por actos protocolarios, formalismos y silencios incómodos. En su entorno se comenta que esa “herida silenciosa”, la de la familia que ya no es, pesa más con cada evento público donde la brecha familiar se nota. Sofía, acostumbrada a su papel como madre y abuela, vive ahora con la sensación de que su presencia pasó a ser testimonial.
Más allá del rumor: tensiones internas y elección de prioridades
Para entender esta ruptura tácita hay que mirar al conjunto: la dinámica familiar, las exigencias protocolares de la monarquía y las decisiones personales de cada miembro. Hace años, la llegada de Leonor y su hermana a la familia real representó un antes y un después para la relación entre la Reina Sofía y Letizia Ortiz, madre de las niñas. Lo que en su momento fue acogida como una integración casi natural, con Sofía como guía y apoyo para Letizia, empezó a resentirse cuando nacieron las niñas. La nueva generación cambió para siempre la rutina de la Zarzuela y, con ella, las expectativas, espacios y prioridades.
Se dice que, cuando Leonor creció y empezó a tener sus propios compromisos, la frecuencia de visitas familiares descendió notablemente. Aun viviendo relativamente cerca, el núcleo de la familia real está en La Zarzuela, la convivencia cotidiana dejó de existir; lo que antes eran salidas, celebraciones o encuentros familiares, ahora se reducen a apariciones públicas o actos institucionales. En muchos círculos, la Reina Sofía intenta encontrar consuelo en su discreción, pero el dolor del desamparo afectivo se percibe, un duelo íntimo por la familia que nunca llegó a ser.