La infanta Elena padece un trastorno que fue a más en Londres

Desde adolescente, Elena ha estado bajo tratamiento psicológico

A pesar de haber sido la hija más cercana a su padre, la vida de la infanta Elena no ha sido tan fácil como muchos pueden llegar a plantear. La hija mayor de Juan Carlos I ha tenido épocas realmente complicadas a nivel emocional. Desde el momento en el que se dio cuenta de que su padre, el entonces Rey de España, no quería que ella fuera reina y estaba buscando desesperadamente un hijo varón, hasta una serie de problemas de índole psicológica que han estado persiguiendo durante mucho tiempo a una Elena que lleva más de cinco décadas sometida a un tratamiento que no tiene fin.

En este sentido, tal y como hemos podido saber, la infanta Elena es una compradora compulsiva más que consumada. Desde que era adolescente, comenzó a mostrar síntomas de que las cosas no iban del todo bien para ella. Era incapaz de contenerse a la hora de comprar en teletienda y se pasaba las noches en vela buscando lo que podía comprar llamando al teléfono que aparecía en pantalla. Lo que provocó una situación crítica que llevó a Elena a recurrir a terapia psicológica, aunque no le ha servido de mucho.

Viajes a Londres para estallar la tarjeta de crédito

Como buena hija de Juan Carlos I que es, el dinero nunca ha sido una preocupación para la infanta Elena. Es un bien que siempre le ha sobrado y no ha tenido que preocuparse lo más mínimo para ganarlo o, como mínimo, evitar gastar de más. Esa enseñanza nunca la tuvo y sigue sin tenerla. Pues, al igual que su madre, la reina Sofía, Elena viaja una vez al mes a Londres para usar su tarjeta de crédito hasta que no aguante más compras. Estalla las cuentas con compras absurdas de cosas que acaba dejando en el fondo de su armario o que se pone una vez en su vida.

Los psicólogos son muy conscientes de que Elena tiene este problema de compras compulsivas porque nunca le han enseñado a valorar el dinero. Es algo que nunca ha necesitado y nunca le va a escasear. Es por este motivo que viaja sin miedo a Londres, a gastar decenas de miles de euros en un par de tardes sin arrepentirse.

Así pues, hace muchos años que la infanta Elena padece un grave trastorno de compras compulsivas que la lleva a gestionar realmente mal sus impulsos consumistas.