La infanta Elena es quien ha explicado a su hermano que su padre está grave
La familia permanece unida mientras se enfrenta a momentos de preocupación
El Rey Juan Carlos I ha reaparecido recientemente en Galicia, y su imagen ha generado preocupación. Durante su visita a Sanxenxo, donde siguió de cerca las regatas del Bribón, se le vio apoyándose en una pared del pantalán para avanzar unos pocos metros. Una escena que reflejó su delicado estado físico y que contrastó con la fortaleza que siempre ha proyectado públicamente.
A punto de cumplir 88 años, Juan Carlos sigue intentando mantenerse activo. Participa en viajes, encuentros con amigos y apariciones esporádicas en competiciones náuticas. Sin embargo, sus dificultades para caminar se hacen cada vez más evidentes. En Sanxenxo estuvo acompañado de familiares muy cercanos, entre ellos María y Alfonso Zurita y el pequeño Carlos, que no se separaron de su lado. Su movilidad limitada y la necesidad de apoyos constantes han generado alarma entre quienes lo rodean.
En sus memorias, publicadas recientemente en Francia bajo el título Reconciliación, el propio Juan Carlos reconoce que su estado físico influyó en su decisión de abdicar. Afirma que un rey no puede cumplir ciertos actos oficiales si necesita una silla de ruedas. A pesar de las recomendaciones médicas, se resiste a depender de ellas. Su experiencia personal, marcada por la enfermedad y caída de su madre, doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, refuerza su temor a perder autonomía.
La infanta Elena transmite la noticia a su hermano
El entorno más cercano del Rey ha sido consciente de su delicada situación durante los últimos meses. La infanta Elena ha tenido un papel clave en estos momentos difíciles. Según varias fuentes, ella fue quien informó a su hermano, el Rey Felipe VI, sobre el grave estado de salud de su padre. La noticia ha generado una mezcla de preocupación y cuidado familiar entre los miembros de la familia.
Se comenta que Juan Carlos, aunque limitado físicamente, mantiene su carácter fuerte y no quiere depender demasiado de otros. No obstante, la cercanía de sus hijos y familiares se ha intensificado. La infanta Elena, en particular, ha mostrado un apoyo constante y ha sido intermediaria en la comunicación entre el antiguo monarca y el actual.
El Rey Juan Carlos continúa en Galicia, rodeado de afecto y atención. Sus achaques y operaciones previas de cadera han reducido su autonomía, pero su deseo de permanecer en contacto con su familia es evidente. La presencia de la infanta Elena y la cercanía de su hermano Felipe refuerzan la importancia del vínculo familiar en estos momentos delicados.