La infanta Cristina se traslada a Madrid por empeoramiento

Un regreso inesperado que vuelve a centrar la atención en la familia real

La infanta Cristina ha vuelto a Madrid, y no lo ha hecho por placer ni por compromiso oficial. Su regreso se debe al delicado estado anímico de su madre, la reina emérita Sofía. Según ha revelado la periodista Pilar Eyre, doña Sofía atraviesa uno de los peores momentos de su vida. Llora con frecuencia, no duerme bien y ha perdido el apetito.

Sofía ha sido siempre un ejemplo de discreción y entrega. Soportó durante décadas las infidelidades de Juan Carlos sin quejarse en público. En Zarzuela, vivió casi como una figura decorativa, lejos del padre de sus hijos. Y ahora, tras el exilio voluntario del rey emérito a Abu Dabi, la soledad parece haber hecho aún más mella en ella. La situación se agrava por el deterioro de la salud de su hermana, Irene de Grecia, su compañera inseparable. Con ella compartía confidencias, paseos, actos públicos… Ahora también comparte silencios. Y Cristina, consciente de lo que ocurre, ha decidido hacer las maletas y quedarse cerca de su madre.

Una familia marcada por el dolor

Pilar Eyre no ha dudado en afirmar que las mujeres de la familia real española “nunca han sido felices”. Y la historia le da la razón. Doña María de las Mercedes, madre de Juan Carlos, cayó en una profunda depresión tras la muerte de su hijo Alfonsito. La infanta Margarita nació ciega. Doña Pilar, otra hermana del emérito, admitió que no volvería a vivir su vida si pudiera elegir.

Cristina y Elena tampoco han tenido suerte en lo sentimental. Ambas pasaron por matrimonios complicados y acabaron separadas. Cristina, además, vivió el escándalo judicial de su esposo Iñaki Urdangarin, lo que la obligó a alejarse de la vida pública. Ahora, es la nueva generación la que empieza a sufrir las consecuencias de llevar sangre azul. La princesa Leonor fue recientemente fotografiada en bikini, sin su consentimiento, y su imagen fue portada de una revista. Un recordatorio de que, en esta familia, ni la juventud se libra del escrutinio constante.

El traslado de la infanta Cristina no es solo un gesto familiar. Es una respuesta humana al sufrimiento silencioso de su madre. Y quizás, también, una forma de buscar un poco de paz en medio del ruido que siempre ha acompañado a los Borbones.