La infanta Cristina ejerció como amante de Iñaki Urdangarin durante meses

Una historia de amor y ambición que comenzó en secreto y terminó en escándalo.

El romance entre la infanta Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin no se inició como una novela de fantasía, sino como una aventura secreta. A lo largo de meses, mantenían una relación secreta mientras él mantenía una relación sentimental con Carmen Camí, una chica con la que compartía su vida en ese momento. La infanta, seducida por la belleza del balonmanoista, optó por arriesgar todo por él, desempeñando el papel de esposa hasta que las circunstancias propiciaron la formalización del matrimonio.

Para Urdangarin, la circunstancia era difícil. Sentía un gran cariño por Camí, pero la oportunidad de estar con una Borbón y ser parte de la familia real española parecía atractiva. Este conflicto lo forzó a manejar ambas relaciones simultáneamente, programando encuentros privados con la infanta en hoteles y hogares discretos, alejados de la atención inquisitiva de la prensa y la audiencia. Finalmente, su elección fue impulsada por los beneficios que la relación con Cristina le proporcionaba, no únicamente en el ámbito personal, sino también en el social y económico.

El amor y la ambición: dos caras de una misma moneda

Desde sus comienzos, la relación entre Cristina e Iñaki se caracterizó por una combinación de amor y táctica. La infanta se enamoró intensamente del atleta, mientras que él percibía en ella una oportunidad inigualable para ascender en la esfera social. Urdangarin, consciente de su belleza física y de su fama como futbolista del FC Barcelona, sabía cómo emplear sus encantos para enamorar a quien quisiera. No obstante, la relación con Cristina simbolizaba algo más que un mero amor: representaba su ingreso a la realeza.

De acuerdo con varias fuentes, el exduque de Palma nunca logró verdaderamente amar a la infanta, sino que utilizó la circunstancia para su provecho. Este comportamiento se evidenció años más tarde, cuando se reveló su deslealtad hacia Ainhoa Armentia. No obstante, Cristina protegió su relación con sus padres, consiguiendo que Iñaki continuara con su actividad deportiva, incluso con escoltas reales acompañándolo en cada encuentro.

Durante su matrimonio, la infanta Cristina experimentó deslealtad y rumores, segura de que su amor por Urdangarin bastaba para vencer cualquier impedimento. Sin embargo, el tiempo reveló que los propósitos de su pareja no eran tan íntegros como ella pensaba.

La ruptura y el legado de un amor frustrado

Después de varios años de coexistencia y cuatro hijos compartidos, el romance entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin concluyó en 2022, tras un extenso proceso judicial y mediático. El divorcio, formalizado en enero de 2024, reveló las tensiones y rencores acumulados. Urdangarin, después de su encarcelamiento por el caso Nóos, responsabilizaba a la familia real de su desdicha, mientras que Cristina se percibía traicionada y humillada por las continuas deslealtades de su marido.

El pacto de separación contempló una compensación de mil millones de dólares para Urdangarin, financiada por el exmonarca Juan Carlos I. Con dos millones de euros en su cartera y una pensión perpetua, el exduque consiguió garantizar su porvenir económico, aunque a expensas de perder el respaldo público y el afecto de aquellos que lo admiraban en algún momento.