La infanta Cristina, crisis con su novio después de un año de relación secreta
Un nuevo revés emocional sacude la vida de la infanta Cristina
Después de años difíciles tras su mediática separación con Iñaki Urdangarin, parecía que la infanta Cristina había vuelto a sonreír. En el más absoluto secreto, mantenía una discreta relación con un conocido empresario catalán. Ambos divorciados, ambos con vidas complicadas a la espalda, habían encontrado una especie de refugio el uno en el otro. Se veían lejos de miradas curiosas, con el máximo sigilo. Ni una sola imagen de ellos juntos ha salido a la luz. Eso les funcionaba. Pero algo ha cambiado.
Fuentes cercanas aseguran que la relación atraviesa una crisis. De hecho, hace meses que Cristina no ha sido vista por Barcelona, ciudad clave para sus encuentros. Se ha comentado que las distancias, los compromisos familiares y la diferencia de estilos de vida han pasado factura. Cristina ha querido llevar esta historia con la máxima discreción, sobre todo para proteger a sus hijos. Sin embargo, mantener algo tan oculto también desgasta. Y más cuando hay heridas recientes sin cerrar del todo.
El fantasma del pasado sigue presente
Para Cristina, Iñaki Urdangarin ha sido un capítulo doloroso que aún deja secuelas. Cuando en 2022 se hicieron públicas las fotos de su ex paseando por la playa de Biarritz con Ainhoa Armentia, fue como una bomba. No sabía nada, y se enteró por la prensa. Se sintió traicionada y humillada. Pese a que su matrimonio estaba roto hacía tiempo, mantenían una apariencia de unión. Ella incluso pensó que Iñaki acabaría volviendo, como ya había pasado antes con otras supuestas infidelidades.
Pero no fue así. Él siguió adelante con su nueva pareja, mientras Cristina tuvo que rehacerse desde cero. Rodeada de su familia y de amigos leales, poco a poco recuperó fuerzas. Y cuando parecía que se había permitido volver a ilusionarse, de nuevo aparece la palabra que la ha acompañado en los últimos años: crisis.
A día de hoy, la infanta Cristina sigue sin confirmar ninguna relación oficial. Y quizá por eso, este nuevo tropiezo sentimental duele más. Porque lo apostó todo en silencio, esperando algo estable. Pero la vida vuelve a recordarle que el amor, incluso cuando es discreto, también puede romperse.