La infanta Cristina cancela los planes para el puente y viaja a Madrid por problemas de gravedad

La infanta Cristina prioriza a su madre, la reina Sofía, en un momento crítico.

La reina Sofía vive uno de los episodios más críticos de su vida. Aunque siempre ha sido una figura estoica y resiliente, las recientes circunstancias han puesto a prueba su fortaleza tanto física como emocional. El delicado estado de salud de su hermana Irene y los constantes embates de los escándalos familiares han generado una tormenta que ahora afecta profundamente su bienestar. Ante esta preocupante situación, la infanta Cristina ha decidido dar prioridad a su madre. Cancelando sus planes previstos para el puente, la hija mediana de Sofía ha viajado a Madrid para estar a su lado, consciente de la gravedad del momento que atraviesa la reina emérita.

Y es que, la conexión entre la reina Sofía y su hermana, Irene de Grecia, ha sido, durante décadas, un pilar fundamental en la vida de ambas. Su vínculo, forjado en el exilio y fortalecido durante su papel en la realeza española, siempre destacó por su solidez. La ‘tía Pecu’ no solo fue su confidente, sino también su compañera inseparable, presente en momentos oficiales y personales. Sin embargo, el deterioro de la salud de Irene debido a su diagnóstico de Alzheimer ha dejado a la reina Sofía en un estado de vulnerabilidad emocional.

El peso de los escándalos: una herida abierta

A este golpe emocional se suma el desgaste que han causado los recientes escándalos sobre el rey emérito Juan Carlos I. Las recientes revelaciones sobre las infidelidades del emérito, aunque no sorprendentes, han reabierto viejas heridas. Los detalles de su relación con Bárbara Rey, acompañados de pruebas audiovisuales, han sacudido nuevamente la imagen pública de Sofía. A pesar de su silencio y dignidad frente a estos episodios, el impacto emocional es evidente.

Sofía ha soportado décadas de humillaciones en favor de la estabilidad institucional, pero las últimas filtraciones han intensificado una carga que ahora parece insoportable. La percepción pública de ser la "cornuda más grande de España" ha dañado su autoestima y la ha llevado a un estado de introspección y aislamiento preocupante.

El impacto emocional de los acontecimientos recientes ha comenzado a manifestarse en la salud física de Sofía. La reina emérita ha experimentado una pérdida significativa de peso, así como síntomas de fatiga crónica y falta de apetito. Según fuentes cercanas a Zarzuela, estos signos apuntan a un cuadro depresivo que ha ido agravándose con el paso de los meses.

Cristina, el soporte de Sofía en tiempos difíciles

El rey Felipe VI y las infantas Cristina y Elena han intensificado sus esfuerzos por apoyarla, aunque la infanta Cristina ha sido la más activa en este período crítico. Su decisión de cancelar sus planes y trasladarse a Madrid refleja la seriedad de la situación que enfrenta la familia. No obstante, las mismas fuentes indican que la emérita sigue sintiéndose sola, con la sensación de ser una figura relegada en un entorno que, durante años, ha priorizado la imagen institucional sobre el bienestar personal.

A pesar de la complejidad del panorama, la reina Sofía intenta mantener cierta normalidad en su vida pública. Sin embargo, su entorno más cercano sabe que la clave para superar este momento radica en un cambio drástico de enfoque: menos compromisos y más tiempo para sanar tanto física como emocionalmente. ¿Podrá Sofía recuperarse de esta etapa? Solo el tiempo lo dirá.