La escolta de Leonor revisa teléfonos de madrugada con grabaciones altamente perjudiciales
La protección de la princesa de Asturias enfrenta nuevos retos en sus salidas nocturnas.
La princesa Leonor, sucesora del trono español, sigue siendo el foco principal durante su fase de entrenamiento militar. A pesar de que su formación castrense es rigurosa, la joven también utiliza su tiempo libre para pasar tiempo con sus amigos, algo que, de acuerdo con fuentes próximas a la Casa Real, no siempre contribuye a mejorar su reputación pública.
Este panorama ha desafiado a su equipo de seguridad, quienes se ven forzados a manejar circunstancias difíciles, como solicitar a los jóvenes que eliminen imágenes o vídeos comprometedores de la princesa.
Episodios repetidos: de Zaragoza a Marín
El reto de mantener la privacidad y protección de Leonor no es reciente. Ya en Zaragoza, en su primer año en la Academia General Militar, su guardaespaldas tuvo que actuar en múltiples ocasiones para prevenir la propagación de fotografías que se tomaron sin su permiso. No obstante, estos sucesos parecen haberse agravado con su paso por la Escuela Naval Militar en Marín, donde la regulación sobre los teléfonos móviles y las grabaciones ha ganado un carácter más limitante.
En Jaca, ocurrió una circunstancia semejante, cuando la princesa disfrutó de un periodo de estudio en la Escuela Militar de Candanchú. Durante sus salidas nocturnas, Leonor se vio divirtiéndose con vehículos de choque y disfrutando de momentos con sus amigos. A pesar de que estas acciones podrían ser consideradas habituales para una persona de su edad, el equipo de seguridad tuvo que lidiar con varios incidentes en los que individuos que la identificaron intentaron capturarla o capturarla, causando molestias tanto para la escolta como para la princesa.
Imágenes comprometedoras y percepción pública
El principal problema reside en que numerosas de estas imágenes, capturadas en escenarios de ocio, pueden ser malinterpretadas o incluso empleadas para criticar a Leonor por privilegios vistos o conductas inadecuadas para una figura de su importancia. La Casa Real muestra inquietud sobre cómo estas circunstancias podrían impactar en la imagen pública de la sucesora al trono.
"Leonor es una chica de 18 años que está experimentando una fase de educación rigurosa, pero también requiere de lugares para el ocio. No obstante, para la entidad que simboliza, estas salidas pueden convertirse en un arma de doble filo", sostiene una fuente próxima a Zarzuela.
El equipo de protección, principalmente formado por miembros de la Guardia Civil, tiene una doble responsabilidad: asegurar la protección de la princesa y, simultáneamente, manejar la curiosidad del público que la identifica en sus desplazamientos. Fuentes de seguridad reconocen que a veces se han visto forzados a solicitar a los jóvenes que eliminen imágenes o vídeos de Leonor, situación que no siempre se presenta sin conflictos.
"No es sencillo aproximarse a alguien y solicitarle que descarte fotografías de su móvil." No estás seguro de cómo responderá, pero es imprescindible para salvaguardar a Leonor", aclaran.
A medida que la princesa prosigue su educación en Marín, los retos vinculados a su imagen y privacidad continuarán siendo una prioridad para la Casa Real. Descubrir un balance entre su vida pública y su derecho a gozar de instantes personales será crucial en los años venideros.