La escolta de Juan Carlos I la iba a buscar a TVE par que se acostara con el Rey
Juan Carlos I recibía a la presentadora en un piso secreto en Majadahonda
Si hay algo por lo que siempre nos vamos a acordar de Juan Carlos I no es nada relacionado con sus buenas labores como jefe de Estado ni por ningún acto heroico, sino más bien por todos los escándalos relacionados con las mujeres. El emérito es archiconocido por haber estado, supuestamente con más de 5.000 amantes. Un dato especialmente impactante y que invita a investigar con qué mujeres ha estado Don Juan Carlos a lo largo de su vida. Siendo la gran mayoría damas de compañía, pero muchas otras que eran modelos, actrices y presentadoras de televisión de gran calado.
En este sentido, tal y como cuentan fuentes cercanas a Don Juan Carlos, era el propio emérito el que, mediante su red de contactos era capaz de ponerse en contacto con aquellas chicas que le gustaban para hacerlas llegar a Zarzuela y así poder intimar con ellas. Un método que lo llevó a tener relaciones íntimas con las grandes personalidades del siglo pasado.
Una de estas grandes celebridades ser Raffaella Carrà, que durante su etapa como presentadora de Televisión Española fue contactada por Juan Carlos I para que pasara con él más de una noche de pasión. Una serie de encuentros que siempre se llevaron con total discreción lejos de Zarzuela. Concretamente en un apartamento ubicado en Majadahonda, donde Juan Carlos I se sentía cómodo para poder recibir a todas las amantes que quisiera.
El emérito enviaba un equipo de escoltas hasta Torrespaña
De hecho, tal y como se han encargado de señalar, fuentes cercanas a Casa Real, el emérito enviaba a un equipo de escoltas hasta la sede de Televisión Española en Torrespaña para que recogieran a Raffaella y la llevaran hasta su apartamento privado en Majadahonda. Lugar en el que se encontraría con Don Juan Carlos. El que fuera Rey de España no quería que nadie se enterara de sus aventuras extramatrimoniales, por lo que siempre enviaba a sus mejores hombres para que recogieran a Raffaella.
Así pues, Don Juan Carlos no dejaba ni un cabo suelto a la hora de mantener encuentros secretos con sus mujeres favoritas. Pues, ni las recibía en Zarzuela ni permitía que llegaran acompañadas de nadie que no fuera su equipo de escoltas.