La enfermedad que le fue diagnosticada a Letizia hace tres años está avanzando

En los últimos años, Letizia ha enfrentado desafíos de salud que han cambiado su rutina y estilo de vida.

La figura de Letizia Ortiz siempre ha estado asociada a la sofisticación, las ceremonias oficiales y una presentación pública exquisita. No obstante, tras esa fachada resplandeciente, la reina consorte batalla con un asunto de salud que no ha sido ignorado en años recientes.

En julio de 2022, Letizia fue diagnosticada de una afección que impacta su pie izquierdo, conocido como el neuroma de Morton. Dicho percance parecía controlable al principio; sin embargo, se ha agravado con el paso del tiempo.

¿En qué consiste el neuroma de Morton?

El neuroma de Morton es una afección dolorosa que impacta uno de los nervios del pie, usualmente ubicado entre los dedos tercero y cuarto. Este problema no se trata de un tumor auténtico, sino de un engrosamiento del tejido circundante a un nervio, provocado por irritación o presión continua.

Esta condición puede resultar dolorosa y, en caso de no ser tratada, puede restringir la movilidad y perjudicar el bienestar de la persona afectada. Si bien esta lesión es una condición frecuente que puede tratarse sin problema, al individuo le resulta muy difícil e incómodo realizar sus labores diarias a causa del dolor. Ante ello, es crucial acudir a servicios de salud para prevenir complicaciones y asegurar una recuperación ideal cuando ya se presenten los primeros indicios del percance.

Letizia y su resiliencia ante la condición

Previo al diagnóstico, Letizia se destacaba en ocasiones oficiales con calzado de diseño que sobresalía tanto como sus vestidos. No obstante, en los meses recientes, se le ha observado usando zapatos más bajos y confortables, lo que ha captado la atención de expertos en moda y admiradores de la realeza.

Fuentes cercanas indican que el dolor que padece la reina ha aumentado progresivamente, afectando incluso su forma de caminar. Por ello se le ha visto a la reina consorte usar otro tipo de tacones, porque el problema en su pie izquierdo sigue sin mostrar mejoría. A pesar de que Letizia ha tratado de mantener su rutina oficial sin cambios claros, estos cambios evidencian cómo la enfermedad ha afectado su cotidianidad. En determinados acontecimientos, ha optado por caminar menos o restringir sus actividades, lo que contrasta con su percepción de dinamismo y perfección.

Pese a las modificaciones perceptibles, la reina ha abordado este reto con la reserva que distingue a la familia real de España. No ha realizado declaraciones públicas ni ha intentado fomentar la compasión entre la población, una postura que, para algunos, fortalece su fortaleza y dedicación a su función. No obstante, estas circunstancias también evidencian que, al igual que cualquier individuo, Letizia se topa con desafíos físicos que impactan su calidad de vida. Su padecimiento evoca que, tras el pompa y la formalidad, los integrantes de la realeza también enfrentan dificultades humanas.

El progreso de esta afección en los pies de Letizia, a pesar de ser silente, ha influido de manera evidente en su manera de abordar su vida pública. Y mientras continúa desempeñando sus obligaciones como reina consorte, es claro que ha tenido que ajustarse a las restricciones que esta enfermedad le impone, abandonando los tacones altos que antes eran su característica única.