La doble vida de Letizia fuera del matrimonio causa dolores de cabeza en Zarzuela
Rumores y decisiones en Zarzuela reavivan el misterio sobre la relación entre Felipe y Letizia
La vida de Letizia Ortiz ha sido siempre objeto de especulación. En los últimos meses, las informaciones que llegan desde Zarzuela no hacen más que alimentar las teorías sobre una vida fuera del matrimonio con Felipe VI. Según diversas fuentes, la Reina consorte estaría llevando una doble vida, lo que ha causado una serie de tensiones dentro de la familia real. Mientras la imagen pública de la pareja sigue siendo sólida, entre los pasillos de Zarzuela se vive un ambiente completamente distinto.
Los empleados de Zarzuela se muestran sorprendidos ante lo que parece ser un acuerdo tácito entre los monarcas. A pesar de lo que se muestra al exterior, la realidad sería otra: "No hay matrimonio, es todo una farsa", afirman algunos de los trabajadores. Esta situación ha provocado dolores de cabeza a los responsables de la Casa Real, quienes se encuentran atrapados entre la necesidad de mantener la imagen de unidad y los rumores que, cada vez más, salen a la luz.
El desconcierto dentro de Zarzuela
El desenlace de esta tensión no se ha hecho esperar. La reciente salida de una de las secretarias más cercanas a Letizia ha dejado entrever que la situación interna es más compleja de lo que se pensaba. La renuncia de la empleada, a la que se le atribuye un profundo temor por los hechos ocurridos en el palacio, ha confirmado que la Reina consorte no vive ajena a las críticas. Las versiones que se manejan sobre su comportamiento en los últimos tiempos son contradictorias y de difícil confirmación, pero lo cierto es que el entorno real se ve cada vez más afectado por las disputas internas.
La situación se complica aún más cuando se sabe que los empleados del palacio han comenzado a hablar abiertamente sobre la tensión que se respira entre Letizia y el resto de la familia real. La desconexión entre Felipe y Letizia sería la causa principal de esta atmósfera cargada de incertidumbre, que ya está pasando factura en el ámbito privado y, a su vez, en la imagen institucional de la monarquía española. El futuro de la familia real parece cada vez más incierto, con cada día que pasa revelando más grietas en lo que antes se consideraba un matrimonio ejemplar.