Juan Carlos I pone el grito en el cielo por las dos nuevas localizaciones que proponen para ser enterrado

No hay espacio en la cripta real para enterrar a Juan Carlos I

Felipe VI y la reina Letizia llevaban tiempo sintiéndose agotados por las continuas polémicas que rodeaban a Juan Carlos I. Las constantes controversias en las que se veía envuelto el rey emérito ponían en riesgo la estabilidad de la monarquía española, amenazando con dañar irreversiblemente la imagen de la institución. Por este motivo, tras su último conflicto con Corinna Larsen, los actuales monarcas consideraron que era imprescindible tomar medidas drásticas. Con la intención de salvaguardar el futuro de la Corona, optaron por apartarlo de la vida pública, enviándolo al exilio, de la misma forma en que, en 2014, lo habían presionado para que abdicara. En particular, la reina Letizia ha demostrado estar completamente decidida a evitar que cualquier escándalo interfiera en la futura proclamación de su hija Leonor como reina de España.

Desde que Juan Carlos I se estableció en Abu Dabi hace ya cinco años, su entorno se ha reducido considerablemente. Actualmente, comparte su residencia con su nieto Froilán y cuenta con la compañía de algunos amigos de confianza, además del personal de seguridad que lo asiste. Sin embargo, la sensación de aislamiento ha ido en aumento, y el emérito parece envejecer de manera acelerada. Para un hombre que durante décadas ocupó un papel central en la vida política y social de España, esta situación representa un duro golpe.

En el último año, el exmonarca ha asistido a dos eventos fúnebres de gran importancia: el funeral de la reina Isabel II del Reino Unido y el de su cuñado, Constantino de Grecia. La muerte de ambas figuras le ha afectado profundamente, ya que le ha recordado su propia fragilidad. Isabel II falleció a los 96 años y Constantino a los 82, lo que le ha hecho tomar mayor conciencia de la etapa de la vida en la que se encuentra. Aunque su salud ha sido delicada desde hace más de una década, sobre todo por los problemas en la cadera, Juan Carlos I prefiere no dejarse ver en silla de ruedas, a pesar de que los médicos le han recomendado su uso.

Juan Carlos I no tiene sitio en la cripta real 

Uno de los asuntos que más inquietan al emérito en este momento es el lugar donde será enterrado cuando llegue el momento de su fallecimiento. Aunque su muerte no parece inminente, él ya ha reflexionado sobre este tema y tiene claro que no quiere morir lejos de España ni de su familia. Sin embargo, su regreso al país sigue siendo un tema complicado. Felipe VI aún no está dispuesto a facilitar su vuelta, especialmente mientras el contexto político no sea favorable.

Además, su posible lugar de descanso final sigue sin estar definido. El Panteón de Reyes del Monasterio de El Escorial, donde tradicionalmente han sido enterrados los monarcas españoles, se encuentra lleno, lo que plantea un problema logístico. Se ha considerado la opción de construir una cripta adicional conectada a la actual, aunque esta idea aún está en fase de estudio dentro de Patrimonio Nacional.

En este sentido, Marina Fernández, directora de Comunicación del Grupo Escuela Internacional de Protocolo, ha señalado en una entrevista con El Español dos alternativas viables. Una de ellas sería la Catedral de La Almudena, ubicada en pleno centro de Madrid y con un gran valor simbólico, donde se podrían rendir los honores correspondientes a un exrey. La otra opción sería la habilitación de un espacio especial dentro del Palacio Real. Sin embargo, hasta el momento, no se ha tomado una decisión definitiva, y el futuro de Juan Carlos I sigue siendo incierto tanto en vida como después de su muerte.