Juan Carlos I pide dos casas a cambio de no ir a Madrid
El rey emérito busca mayor autonomía en sus estancias fuera de Abu Dabi
Juan Carlos I ha sorprendido con una petición muy clara: quiere dejar de depender de favores y disponer de casas propias en la península. Según ha transmitido a su entorno, el rey emérito no quiere volver a Madrid para presentaciones públicas. A cambio, ha puesto sobre la mesa una alternativa: tener una residencia en Portugal, en Cascais, y otra en Sanxenxo.
El motivo principal es sencillo. No desea seguir siendo una carga para su amigo Pedro Campos, quien durante años lo ha recibido en su casa gallega. El propio emérito lo resumió en una frase que refleja bien su intención: “No quiero dar más guerra a Pedro”. Esa confesión ha marcado un cambio de postura tras varias visitas en las que se ha sentido acogido, pero también dependiente.
Desde su marcha a Abu Dabi en 2020, Juan Carlos I se ha mantenido en un segundo plano. Allí tiene su residencia fija, pero nunca ha dejado de mirar hacia España, y en especial hacia Galicia. Sanxenxo se ha convertido en su refugio personal cada vez que pisa suelo español. Ahora quiere dar un paso más y establecer un espacio propio que le permita moverse con mayor libertad.
Entre Galicia y Portugal
El emérito no busca regresar de manera definitiva ni modificar su residencia fiscal. Es consciente de lo que eso implicaría en el terreno legal. Su interés es mucho más práctico: contar con lugares privados que le ofrezcan intimidad y autonomía.
Las dos opciones que baraja son claras. Por un lado, Galicia, donde sus estancias siempre le han resultado cómodas y donde tiene un círculo de amigos consolidado. Por otro, la costa de Portugal, en zonas como Estoril o Cascais, que también forman parte de su historia personal y familiar. Ambas alternativas le ofrecen discreción, mar cerca y un entorno tranquilo.
Según apuntan fuentes próximas, no busca palacios ni lujos desmedidos. Su prioridad es tener un espacio que le permita organizarse sin depender de otros. Esa búsqueda encaja con la etapa actual de su vida, marcada por la calma, el deporte y los encuentros puntuales con allegados.
Juan Carlos I parece decidido a abrir esta nueva página. Si consigue esas viviendas, podrá mantener el vínculo con la península sin pasar por Madrid y sin incomodar a nadie. Una manera de seguir cerca, pero con la independencia que tanto reclama.