Juan Carlos I ha empezado a perder dientes, se le caen, le han puesto implantes

La edad ya se hace visible en el rostro de Juan Carlos I

No corren tiempos agradables para Juan Carlos I. A lo largo de los últimos meses, el padre de Felipe VI ha visto cómo su estado de salud ha empeorado de forma grave y ostensible. El paso de la edad no distingue en nada, ni entre aquellos que tienen la sangre de color azul. Y Juan Carlos I, que hasta ahora se veía y se creía un hombre absolutamente invencible, se ha acabado dando cuenta de una forma no demasiado agradable para él. Y es que los problemas de la edad y de sus enfermedades han comenzado a hacerse demasiado visibles y a ser ya inevitables.

Según revelan las personas más cercanas al emérito, ha comenzado a perder hasta algunas piezas dentales. No se ha quedado sin ninguna, pero su falta de salud ha hecho que su cuerpo lo muestre con la caída de sus dientes. Un signo claro de la edad y de sus efectos sobre el cuerpo humano. Sin embargo, ha supuesto un golpe duro para Don Juan Carlos, que para evitar verse mal va a tener que pasar por el taller para que le pongan piezas dentales de repuesto.

Juan Carlos I va de mal en peor

Este último episodio de la caída de dientes ha dejado claro que Juan Carlos I ya no es el de siempre; la edad le está jugando malas pasadas y cada vez se siente más mayor y nota más los efectos del paso del tiempo. Ya no puede caminar, su piel se ve mucho más pálida, apenas tiene energía y ahora se le han comenzado a caer los dientes, lo que le ha llevado a ponerse implantes para no dar una mala imagen en público.

Todo esto ha hecho mella en la salud mental de Juan Carlos I, que se siente viejo, débil y cree que proyecta una imagen lamentable de su persona. No es ese hombre fuerte, decidido y al que todo el mundo respetaba; ahora ya es un anciano y cree que ha perdido esa fuerza de ser el Rey de España.

Así pues, la caída de los dientes marca un nuevo paso hacia la vejez para Juan Carlos I, que está pasando una época realmente complicada por culpa de los signos de la edad que dejan marcado su cuerpo de forma inevitable.