Jaime de Marichalar conocía los problemas de cama de Felipe VI con Letizia

El exduque de Lugo fue testigo y consejero en los momentos más delicados del matrimonio real.

Jaime de Marichalar, antiguo duque de Lugo, ha desempeñado un papel crucial en el contexto más privado de la familia real de España. Aunque se distanció de la infanta Elena en 2009, su relación con ciertos integrantes de la Casa Real, en particular con la reina Letizia, ha mantenido su firmeza a través de los años.

Esta estrecha relación estuvo caracterizada no solo por la amistad, sino también por una profunda confianza que facilitó que la princesa de Asturias le revelara aspectos sumamente reservados de su matrimonio con el rey Felipe VI.

Jaime y Letizia habían compartido retiros familiares durante años, tanto en temporadas de invierno en Baqueira Beret como en temporadas veraniegas en el palacio de Marivent. Ninguno de los dos mostraba un gran interés en las actividades deportivas que el resto de la familia disfrutaba, lo que les proporcionaba tiempo para extensos diálogos privados. En esas confidencias, Letizia habría relatado a Jaime los problemas en su relación con Felipe VI, incluyendo las tensiones en su vida privada.

Los problemas de Felipe VI y Letizia que salieron a la luz

El matrimonio entre Felipe VI y Letizia siempre ha sido objeto de la vigilancia pública; sin embargo, pocos conocen los auténticos retos a los que se enfrentaron después de las puertas cerradas del palacio. Se rumorea que las discrepancias entre ambos no se limitaban a su personalidad o estilo de vida, sino que también abarcaban su vida privada.

Jaime de Marichalar fue uno de los primeros en identificar estos asuntos, no debido a su búsqueda, sino a la confianza que Letizia le brindaba, lo que lo transformó en su interlocutor natural. La reina le habría conversado de manera franca acerca de la ausencia de vínculo con su marido en el aspecto más privado de su relación, además de los intentos que ambos realizaron para tratar de resolverlo.

El exduque, con su estilo tranquilo y sereno, habría sugerido a Letizia que prestara atención a su corazón y que valorara su felicidad, sin permitir que las apariencias o las presiones externas influyan en sus elecciones.

Un testigo silencioso y leal

La fidelidad de Jaime de Marichalar ha permanecido inalterable a través de los años. Aunque tenía conocimiento de algunos de los secretos más íntimos de la relación entre Felipe VI y Letizia, nunca los empleó en su provecho ni permitió que se divulgaran al público.

Su reserva lo ha preservado como una personalidad respetada en los ambientes más selectos de la sociedad española. En la actualidad, pese a estar distanciado de las obligaciones oficiales de la familia real, continúa siendo un respaldo relevante para su hija Victoria Federica, con la que comparte su entusiasmo por la moda y los acontecimientos sociales.

La relación entre Jaime y Letizia se mantiene inalterable. Incluso tras su separación con la infanta Elena, ambos siguen manteniendo comunicación esporádica en eventos y encuentros privados. Su vínculo es un evidente ejemplo de cómo la confianza y la fidelidad pueden resistir las transformaciones más radicales en las situaciones personales.