Irene de Grecia, la tía Pecu, cada vez más grave, deja de comer por sí misma

La reina Sofía se tiene que ocupar de todos los cuidados de su hermana

La salud de Irene de Grecia, conocida cariñosamente como la “tía Pecu” dentro del círculo familiar, se encuentra en un momento crítico. La hermana menor de la reina Sofía, a sus 83 años, atraviesa una etapa de deterioro que preocupa profundamente a la Casa Real española. Personas muy próximas al entorno de Zarzuela aseguran que su estado ha empeorado en las últimas semanas hasta el punto de no poder alimentarse por sí misma.

La realidad es que el paso del tiempo y la enfermedad han ido apagando lentamente la vitalidad de Irene. Su entorno más cercano admite que cada día resulta más difícil mantener la normalidad y que los cuidados que requiere son continuos. Se habla de un deterioro progresivo que no da tregua, marcado por la pérdida de memoria y por una fragilidad física que obliga a estar siempre pendiente de ella.

Sofía se dedica plenamente a su hermana

Y es que quienes conviven la madre de Felipe VI destacan la dedicación absoluta de doña Sofía, que no se separa de su lado. La reina emérita ha reducido al máximo sus apariciones públicas para dedicar casi todo su tiempo a su hermana pequeña. Quienes conocen bien la situación confiesan que la madre de Felipe VI vive con angustia este proceso, consciente de que Irene fue siempre su gran apoyo desde que ambas llegaron a España.

De este modo, el ambiente en Zarzuela se ha vuelto especialmente silencioso y prudente. No hay comunicados oficiales, ni se espera que los haya. La discreción es la norma, pero entre pasillos se habla con pesar de la dureza de ver cómo la enfermedad avanza de manera implacable. El propio círculo íntimo de la familia reconoce que ya no quedan esperanzas de recuperación y que lo importante ahora es garantizar la mayor comodidad posible para Irene.

Así pues, la “tía Pecu” se ha convertido en el centro de atención y desvelo de su hermana Sofía. Entre recuerdos de una vida compartida y el peso de la enfermedad, la reina emérita afronta uno de los capítulos más dolorosos de su vida familiar. Lo cierto es que la salud de Irene de Grecia se apaga lentamente, dejando a su lado un vacío que ya comienza a sentirse en el corazón de la familia real.