Grace Kelly no es la auténtica madre de Carolina de Mónaco

La princesa encontró una madre en su niñera.

Carolina de Mónaco ha sido siempre muy reservada en cuanto a sus relaciones familiares, pero algunos detalles importantes han sido revelados en el libro Albert II of Monaco, The Man and The Price, donde la misma Carolina expone, con toda honestidad, como la verdadera mujer que marcó su vida con la imagen maternal fue su niñera Maureen Wood. “Para mi hermano y para mí, Maureen fue una figura clave en nuestra vida. Cuando éramos pequeños, probablemente éramos más cercanos a nuestra nanny que a nuestros papás”.

Son muchos los rumores del maltrato físico que recibió junto a sus hermanos por parte de su madre, y ellos mismos han hablado de lo lejanos que eran sus padres. Era muy poco o inexistente el tiempo que compartían con ellos y mucha la rigidez con las que se les exigió crecer, lo que no permitió que tuvieran con un vínculo cercano y familiar con sus padres, cercanía que sí desarrollaron con Maureen, quien aunque no lleva su sangre, fue una verdadera madre para ellos.

El “no te vayas” no era para sus padres cuando viajaban

Cuando sus padres viajaban para cumplir con los compromisos propios del reinado parecía ser indiferente para los niños, bien fuera por la costumbre o por la falta de conexión y vínculo. Esto no sucedía igual cuando niñera se iba del palacio.

Carolina expresó que cuando Wood se iba del palacio ella y su hermano Alberto lloraban mientras le gritaban “no te vayas”, tantas veces como creyeran necesario para retenerla. Cuando se iba la extrañaban como no lo hacían con sus padres e incluso la de Mónaco la llamó en varias oportunidades para que regresara antes a estar con ellos.

Para no repetir la historia

Parecen ser muchas las vivencias y carencias emocionales que la princesa Carolina y sus hermanos vivieron al tener unos padres ausentes y complicados, por lo que no quiso repetir la historia con sus hijos y aunque no es mucho lo que expone su relación con ellos, se sabe que ha buscado siempre formar un vínculo sano y amoroso con los cuatro.

Sus tres primeros hijos los tuvo con Stefano Casiraghi, el gran amor de su vida, ya fallecido, Andrea, Carlota y Pierre. Su cuarta hija, Alexandra, la concibió con Ernst August de Hannover, de quien se divorcio en el 2009. Todos sus hijos han crecido baja las alas de su madre, en una crianza que parece respetar sus ideales y les ha permitido vivir una vida tranquila sin las mismas presiones a las que fue sometida por parte de sus padres.

De hecho, cada uno se desarrolla en actividades diferentes que han sido de su elección. Pierre es empresario; Carlota es conferencista y embajadora de Chanel; Andrea trabaja para la fundación de su abuela; Alexandra fue patinadora profesional y actualmente estudia filosofía, aunque su objetivo es ser diseñadora de modas.