Felipe VI, obligado a romper la relación de 4 años, se veían en secreto
Felipe VI se ve obligado a terminar su relación con Eva Sannum debido a la presión de la Casa Real.
La vida amorosa del rey Felipe VI ha sido desde siempre objeto de especulación y rumores. Sin embargo, hubo una relación que dejó una marca indeleble en su vida: su romance con la modelo noruega Eva Sannum. Este noviazgo secreto, que duró cuatro años, fue una de las etapas más intensas y complicadas en la vida de Felipe. Aunque su historia de amor parecía destinada a convertirse en un cuento de hadas, las presiones de la Casa Real y el temor a un escándalo mediático llevaron al entonces príncipe de Asturias a tomar la decisión más difícil de su vida: renunciar al amor por la monarquía.
Todo comenzó en 1997, cuando Felipe conoció a Eva Sannum durante un viaje a Noruega. La modelo, conocida por su belleza y elegancia, pronto capturó el corazón del príncipe con su carácter jovial y su naturaleza despreocupada, rasgos que contrastaban con las estrictas expectativas de la realeza española. A medida que avanzaba la relación, Felipe fue integrando a Eva en su vida personal, lo que generó una creciente curiosidad mediática en España.
El romance entre Felipe y Eva se desarrolló en un ambiente de gran discreción y cautela, manteniendo sus encuentros en secreto, aunque fue complicado evitar la atención pública. En 2000, la revista ‘¡Hola!’ publicó fotografías de Felipe y Eva durante unas vacaciones en la India, lo que confirmó el rumor de un romance de años entre el heredero al trono y la modelo. La sociedad española quedó dividida ante la posibilidad de que una extranjera sin formación católica pudiera llegar a ser la reina consorte de España.
La foto que cambió el destino de la monarquía
El romance entre el entonces príncipe de Asturias y la modelo noruega llegó a un punto crítico cuando Sannum protagonizó una sesión fotográfica en la que posó para una campaña de ropa íntima. Aunque la sesión fue artística y moderada, las imágenes fueron consideradas inapropiadas por los sectores más conservadores de la sociedad y la Casa Real. Estas fotografías desataron una tormenta mediática, con encuestas que mostraban una desaprobación generalizada hacia Eva como posible pareja del príncipe. Juan Carlos I, padre de Felipe, no dudó en intervenir. Temiendo que esta relación afectara la estabilidad de la monarquía y su aceptación popular, el entonces rey emérito presionó a su hijo para que pusiera fin al noviazgo.
Un amor prohibido y un pacto de silencio
Felipe, consciente de la responsabilidad que conllevaba su posición, tomó la difícil decisión de acabar con el romance. En un acto de sacrificio, renunció a su felicidad personal para preservar la imagen de la monarquía española. La ruptura, aunque dolorosa, fue manejada con discreción y respeto mutuo, pero dejó en Felipe una huella imborrable.
El fin de la relación no solo devastó emocionalmente a Felipe, sino que también dejó una serie de rumores y teorías en torno al motivo real de la ruptura. Según ciertas fuentes, como el periodista Jaime Peñafiel, se especula que Eva Sannum pudo haber recibido una compensación económica para abandonar la relación y apartarse del príncipe. Aunque esta teoría nunca fue confirmada, ha persistido en el imaginario colectivo como un reflejo de las dificultades que enfrentó Felipe VI para vivir su vida amorosa con plena libertad.