Felipe VI llama personalmente a su padre para convencerlo de que vaya a la comida del sábado en El Pardo

Una reunión familiar cargada de simbolismo en el Palacio de El Pardo

El próximo sábado, 22 de noviembre, el Palacio de El Pardo será testigo de un almuerzo muy especial que reunirá a los miembros más cercanos de la familia del rey Felipe VI. Esta cita se enmarca dentro de los actos conmemorativos por el 50 aniversario de la monarquía en España y refleja el deseo del monarca de celebrar esta efeméride en un entorno familiar, más allá del protocolo oficial.

Entre los invitados destacan las infantas Elena y Cristina, hermanas del rey, cuya asistencia simboliza la buena sintonía que mantienen con Felipe VI. Aunque no forman parte de la Familia Real en términos oficiales, su presencia refuerza la idea de unidad familiar y pone en valor su vínculo con Juan Carlos I, cuya figura fue clave durante la transición democrática que culminó en la restauración de la monarquía española hace medio siglo.

Fuentes cercanas a Zarzuela destacan que la reunión podría contar también con miembros de la familia real griega, estrechamente vinculados a los Borbones, así como con doña Irene, hermana de la reina Sofía, siempre que su estado de salud lo permita. Estos invitados adicionales subrayan el carácter íntimo y multigeneracional del encuentro, que busca proyectar una imagen de continuidad y cohesión familiar.

Juan Carlos I y la tensión familiar resuelta

La preparación del almuerzo no ha estado exenta de complicaciones. Don Juan Carlos I, al principio, se mostró reacio a asistir, molesto por lo que percibe como un trato distante por parte de su hijo y por sentirse desplazado en un aniversario que reconoce su legado. Esta negativa generó cierta preocupación en el entorno de Zarzuela, conscientes de la importancia simbólica de su presencia.

Según fuentes próximas, Felipe VI optó por hablar personalmente con su padre para convencerlo de acudir, en un gesto que combina firmeza y afecto. “El rey está dolido y decepcionado, pero entiende que su presencia es necesaria”, señalan desde su círculo más cercano. La reina Letizia, por su parte, mantendrá una posición más reservada y no aparecerá en la tradicional foto familiar junto al emérito, debido a los comentarios que éste ha realizado en su libro y que han generado malestar en Palacio.

Más allá de estas tensiones, el almuerzo en El Pardo pretende ser un momento de reconciliación y de reconocimiento histórico. La presencia de las infantas, de Irene y de los posibles invitados griegos convierte esta cita en una celebración que trasciende lo institucional, mostrando que, incluso en las familias reales, los lazos personales y afectivos siguen siendo esenciales.