Escalada de tensión en Marivent por informes médicos que avisan de que Juan Carlos I pierde la cabeza

El emérito ha comenzado a ir por su cuenta

Hace mucho tiempo que en Zarzuela están muy desconcertados por la forma que Juan Carlos I ha tenido a la hora de actuar contra aquellos que se han dedicado a hablar mal de su figura. Algo que se demostró cuando optó por denunciar a Revilla y a Corinna Larsen, algo que nunca antes había hecho, pero que ahora sí que quería hacer por primera vez en su vida. Una decisión tan complicada para la imagen de la Casa Real como desconcertante, ya que nadie se imaginaba que en este punto de su vida, Juan Carlos I fuera a tomar ese camino.

Fue a partir de ese momento que comenzaron a aparecer las primeras sospechas relativas a las capacidades cognitivas de Don Juan Carlos. Unas dudas que ha expresado el periodista José Antonio Zarzalejos, que ha revelado que el emérito lleva tiempo con importantes lapsus de memoria y mostrando un deterioro de sus capacidades cognitivas tan grave como preocupante. Lo que habría hecho que comience a actuar a su aire, sin tener una visión global y sin entender que sus decisiones afectan a toda la Casa Real.

Felipe VI y sus hermanas están muy preocupados

Ante esta situación, Felipe VI y sus hermanas, Elena y Cristina, se reunieron de emergencia en Marivent para definir el plan de acción con Juan Carlos I. Y es que el Rey de España sabe que si su padre sigue con libertad para hacer y deshacer a su gusto va a acabar haciendo algo que acabe de llevarse por delante la poca imagen que le queda a una institución demasiado afectada por las polémicas. Sin embargo, nadie sabe qué hacer para pararle los pies al emérito.

Don Juan Carlos se siente perseguido por todo el mundo. Desde la prensa, pasando por sus amantes y personajes como Miguel Ángel Revilla. Incluso duda de su hijo. Cree que Felipe VI está siempre en su contra y lo culpa de todos sus males. Lo que lo ha acabado llevando a no hacerle caso en nada de lo que le pida.

Así pues, los más recientes informes apuntan a un deterioro muy grave de un Juan Carlos I que no está en plenas condiciones y cuyas capacidades cognitivas han quedado en muy mal estado por culpa de la edad.