El Príncipe Harry asume que no volverá a ver a Carlos III antes de su muerte

Carlos III no está dispuesto a perdonar a su hijo

Desde hace unas semanas, la relación entre el Príncipe Harry y el resto de miembros de la Casa Real de Gran Bretaña se encuentra en un estado absolutamente crítico. El Rey de Inglaterra está muy decepcionado con la actitud que ha mostrado su hijo menor a la hora de hablar sobre su estado de salud y, en general sobre la realidad que se vive en Buckingham, revelando secretos que desde la Realeza siempre se han tratado de mantener lo más alejados posible del conocimiento público. Algo que Harry no ha acabado de respetar.

Ante esta situación, si antes de las palabras de Harry para la BBC, el Rey Carlos III ya tenía la mosca detrás de la oreja, la situación acabó de estallar en el momento en el que se hicieron públicas las declaraciones en las que el Duque de Sussex afirmaba estar muy preocupado por la vida de su padre, ya que por culpa del cáncer podría quedarle poco tiempo de vida. Algo que enfadó mucho a Carlos III.

Como consecuencia a lo que el Rey de Inglaterra considera una alta traición, fuentes cercanas a la Casa Real de Gran Bretaña han confirmado que Carlos III ha prohibido, de forma indefinida, el acceso de su hijo menor a cualquiera de las propiedades de los Windsor, dejándolo, por el momento, totalmente desterrado y vetado de lo que tenga que ver con Buckingham.

Harry asume que no verá de nuevo a su padre

Dado el descomunal enfado de Carlos III, el Príncipe Harry habría comenzado a entender que sus palabras podrían haber condenado definitivamente la relación con su padre. Y es que, si no cambia de parecer a lo largo de los próximos meses, podríamos estar ante una situación absolutamente dramática para el Duque de Sussex, que se podría quedar sin volver a ver a su padre en vida. Algo que parecía imposible hasta hace unas semanas.

Así pues, las consecuencias de las desacertadas palabras del Príncipe Harry podrían acabar yendo mucho más allá de lo que se podía esperar cualquiera. Y es que Carlos III está tan sumamente enfadado con su hijo que no quiere volver a verlo.