El príncipe Guillermo suplica al Príncipe Harry que vuelva por el bien de Carlos III
Carlos III muestra signos de depresión
Han pasado cinco años desde que Harry y Meghan cerraron la puerta de Buckingham con un portazo. Cinco años en los que el hijo menor de Carlos III ha dejado claro que no quiere saber nada de la familia Windsor, ni del protocolo, ni de las obligaciones de palacio. Porque cuando Harry decidió mudarse a Estados Unidos con Meghan, no solo rompió con su vida anterior, también rompió con su padre.
En Buckingham ven y notan que Carlos III está roto por dentro. El Rey de Inglaterra, a pesar de sus gestos de frialdad, lleva años arrastrando una tristeza profunda por no tener relación con Harry. Ha perdido a su hijo y, con él, la familia que siempre soñó mantener unida. “No lo verá ni en su funeral”, aseguran voces cercanas a Carlos III, reflejando el nivel de dolor que arrastra cada día.
Carlos III está triste como nunca antes
La realidad es que la salud mental de Carlos III preocupa, y mucho. Sus allegados lo describen como un hombre que ya no encuentra motivos para sonreír, que se sienta solo en sus estancias mientras recuerda como Harry le ha dado la espalda. Un dolor que ni siquiera el Prícipe Guillermo sabe como calmar.
Y es que el Príncipe de Gales está viendo cómo su padre se consume en silencio. El Príncipe Guillermo ha entendido que, por mucho que le duela a él, el regreso de Harry es la única medicina que podría devolverle algo de paz a Carlos III. Por eso, aunque su relación con Harry no pasa por su mejor momento, Guillermo ha decidido dar el paso: le ha pedido a su hermano que regrese.
Así pues, no se le pide es un regreso definitivo, ni siquiera un perdón completo. Es un gesto, una visita, una tregua, aunque sea por un día. Porque Guillermo sabe que, aunque nadie quiere ceder en Buckingham, la salud de su padre está en juego. Pero Harry, fiel a su orgullo, se resiste, al menos por ahora. Y es que así estála situación, con Carlos III hundido, Guillermo suplicando a su hermano y Harry sin volver a casa. Todo mientras, el Rey de Inglaterra espera, con la esperanza rota, un regreso que tal vez nunca llegue.