El comandante del Blas de Lezo acumula amonestaciones contra Leonor por indisciplina
Leonor ha hecho lo que ha querido desde que llegó
Una vez regresó a España de su larga y complicada travesía a bordo de Elcano, Leonor no tenía ningún tipo de intención de volver a meterse en alta mar. Y es que, si ya venía con una mala actitud de su paso por Elcano, ahora que ha llegado a la fragata Blas de Lezo, las cosas se han puesto todavía más feas. Y es que, lejos de intentar comenzar de cero y mostrar una actitud conciliadora, tanto la Princesa de Asturias, como sus compañeros ya iban predispuestos a vivir un clima de tensión marcado por la falta de compromiso por parte de Leonor.
Y es que, al contrario de lo que pasó durante los primeros momentos en Elcano, aquí Leonor se ha mostrado completamente decidida a hacer lo que quiera desde el minuto uno. Se ha negado a realizar las pruebas físicas más exigentes y no tiene intención de levantarse pronto para hacer según qué tarea. Algo que no solo ha hecho con ella misma, sino que también con su grupito de amigos.
Leonor ha acumulado varias amonestaciones
Por ahora, la actitud por parte del comandante del Blas de Lezo ha sido muy clara. No se plantea eximir a Leonor de ninguna de las labores. Si está a bordo de la fragata es para aprender y ser una más en el grupo. Sin embargo, Leonor es muy consciente de que esa actitud por parte de su comandante va a durar muy poco. A la Princesa de Asturias no le importan las amonestaciones que le caigan. Sabe que es intocable y que se acabará haciendo lo que ella diga, que por algo es una Borbón.
De este modo, tanto Leonor como sus amigos más cercanos, han comenzado a mostrar varias indisciplinas en el Blas de Lezo, donde el comandante ya está de los nervios por culpa de la actitud de una Leonor que está haciendo que el día a día sea un auténtico infierno. En especial para los oficiales y el mismo comandante.
Así pues, a pesar de que cada día es amonestada por incumplir alguna parte del código de conducta, Leonor sigue haciendo lo que le apetece, cuando y como quiere. Se cree intocable y por encima del bien y del mal.