El cabo Cabello y el teniente coronel Mochi explican a la familia que Juan Carlos I sufre problemas graves

Se revelan detalles sobre la situación actual de Juan Carlos I

La última aparición del Rey Juan Carlos I en Galicia ha encendido las alarmas sobre su salud. Durante su visita a Sanxenxo para seguir las regatas del Bribón, se le vio apoyándose en una pared del pantalán para poder avanzar unos metros. La escena, aunque breve, fue suficiente para que su entorno recordara lo evidente: el tiempo ha pasado factura.

A punto de cumplir 88 años, el padre de Felipe VI sigue intentando mantener una vida activa. Viajes, encuentros con amigos y pequeñas apariciones en competiciones náuticas forman parte de su rutina. Sin embargo, sus dificultades para caminar se notan cada vez más. En Sanxenxo, estuvo acompañado de familiares cercanos, como María y Alfonso Zurita y el pequeño Carlos, quienes no se separaron de su lado. Los testigos coinciden: necesita apoyo constante para moverse y su movilidad está limitada.

No es la primera vez que su salud preocupa. En su libro Reconciliación, publicado recientemente en Francia, Juan Carlos I reflexiona sobre su reinado y admite que su estado físico influyó en su decisión de abdicar. Según sus propias palabras, un rey no puede pasar revista a las tropas en una silla de ruedas. Esa frase resume su orgullo y su lucha por mantener la independencia, pese a los achaques de la edad y las operaciones de cadera que ha sufrido en la última década.

Entre el orgullo y la fragilidad

El círculo más cercano del rey asegura que él se resiste a usar silla de ruedas, no solo por orgullo, sino también por un recuerdo familiar doloroso. Su madre, doña María de las Mercedes de Borbón y Orleans, sufrió graves problemas de movilidad en sus últimos años. La experiencia lo marcó profundamente y refuerza su deseo de conservar autonomía.

En Abu Dabi, donde reside desde 2020, el rey se siente aislado y extraña el contacto con su familia y con España. Ese anhelo lo motivó a regresar, aunque sus fuerzas no sean las mismas de antes. Aun así, mantiene su pasión por el mar. Este fin de semana volvió a navegar en Sanxenxo, aunque ahora más como espectador que como protagonista. La imagen de Juan Carlos apoyado en un muro resume mejor que cualquier palabra su situación actual: un hombre que un día encarnó la fortaleza de la corona y hoy enfrenta, con dignidad, los límites de la edad.