Domingo negro en Zarzuela por la recaída de la reina Sofía que obliga a intervenir al equipo médico

Un episodio inesperado altera la calma en Zarzuela en vísperas de un nuevo compromiso oficial

El ambiente en el Palacio de la Zarzuela se volvió especialmente tenso este domingo. La reina Sofía, que en los últimos días había mostrado algunos achaques propios del cansancio acumulado y de una agenda que, pese a su edad, continúa siendo exigente, sufrió una recaída que encendió todas las alarmas entre su entorno más cercano. Durante la última semana ya se la había visto indispuesta en varios momentos, aunque, como acostumbra, mantuvo la discreción y trató de seguir con normalidad sus compromisos privados.

Sin embargo, el fin de semana marcó un antes y un después. Su malestar se intensificó y el equipo médico de Zarzuela tuvo que intervenir de urgencia para evaluar su estado y garantizar que recibiera la atención necesaria. Aunque no ha trascendido la gravedad exacta de esta recaída, fuentes cercanas explican que se trató de un episodio que obligó a extremar las precauciones, sobre todo por la insistencia de la reina emérita en minimizar sus síntomas.

La preocupación en la Casa Real se dejó sentir. Nadie ignora que la reina Sofía siempre ha sido un ejemplo de fortaleza, una mujer que evita causar inquietud y que prefiere seguir adelante a pesar del cansancio o las molestias. Pero esta vez su entorno quiso actuar con cautela y priorizar su recuperación inmediata.

La reina Sofía no cancela: el deber sigue siendo su prioridad

Este lunes, la reina Sofía tiene previsto un acto público, y los médicos recomendaron de forma clara que no asistiera. Tras la recaída del domingo, lo prudente hubiera sido cancelar cualquier compromiso y centrarse en descansar. Sin embargo, fiel a su carácter y a su sentido del deber, Sofía dejó claro que su intención es acudir.

Para ella, el compromiso institucional siempre ha estado por encima de lo personal. A lo largo de los años ha demostrado una firmeza admirable, incluso en situaciones mucho más complicadas. Desde su entorno se insiste en que no quiere “preocupar ni alterar” la agenda prevista, y que considera que cumplir con su papel es la mejor forma de mantener la normalidad.

Aun así, se ha reforzado el seguimiento médico y se adoptarán todas las medidas necesarias para que su participación sea lo más breve y segura posible. La situación ha generado inquietud, pero también ha vuelto a poner de manifiesto la entereza de una figura que, incluso en los momentos más delicados, continúa priorizando el servicio por encima del bienestar personal.