De ser la amante de Juan Carlos I a ingresar en un psiquiátrico totalmente arruinada

Durante su reinado, Juan Carlos I no se contuvo a la hora de tener amantes

Juan Carlos I nunca ha estado realmente enamorado de la Reina Sofía, su relación a lo largo de su reinado estuvo llena de humillaciones y faltas de respeto por parte del emérito, quien nunca tuvo ningún tipo de reparo a la hora de acumular amantes, con las que se acostaba en Zarzuela, mientras que la Reina Sofía llevaba una vida absolutamente alejada de Juan Carlos, junto a su hermana, Irene de Grecia, con quien se refugió durante muchos años, para huir de la amarga vida junto a su esposo.

Si bien es cierto que Sofía siempre hizo todo lo posible para mantener vivo su matrimonio junto a Juan Carlos I, la realidad es que el emérito nunca tuvo ningún tipo de interés a la hora de estar cerca de su esposa, de la que no se divorció porque suponía tener más problemas que otra cosa.

Ante esta situación, a Juan Carlos I nunca le faltaron las amantes, a las cuales, durante décadas, pagó con dinero que le llegaba a través de los presupuestos generales del Estado. Unas amantes, entre las cuales estaban mujeres tan conocidas como Marta Gayá, Corinna Larsen o Bárbara Rey. Sin embargo, entre los nombres menos sonados, está el de Roswicha Bertisha Smid Honczar, más conocida como Nadiuska, una de las mujeres más deseadas de la época, la cual, también pasó por la cama de Juan Carlos I. Sin embargo, su suerte no ha sido la misma que la de las otras amantes del emérito.

De amante del Rey, a una vida arruinada

La realidad es que la suerte de Nadiuska nunca la ha acompañado. Y es que, años después de haber compartido cama con Juan Carlos I, la vida de actriz alemana se comenzó a torcer por culpa de una enfermedad neurológica que la llevó a tener graves problemas psiquiátricos, pues acabó siendo diagnosticada con esquizofrenia, lo que la llevó a la absoluta ruina.

Tal ha sido la caída de Nadiuska, que ya no recuerda nada de sus experiencias con Juan Carlos I. Sin embargo, como revelaron desde La Razón, la actriz temía de verdad por su vida, pues creía que, por orden de Juan Carlos I, se querían deshacer de ella. Además, con el paso del tiempo, Nadiuska acabó muy deteriorada y afectada por la esquizofrenia, la cual la llevó a acabar viviendo en un centro, acompañada de monjas, las cuales ahora velan por su bienestar.