Compañeros de Leonor en San Javier explican que hay días que recibe más de cinco llamadas de Letizia

Un día a día exigente y lleno de aprendizaje mientras la princesa avanza en su formación

La princesa Leonor se encuentra en San Javier participando en su formación militar, un periodo clave dentro de su preparación como futura heredera. Cada día sigue horarios estrictos, que combinan clases teóricas, simuladores de vuelo, ejercicios físicos intensos y actividades de equipo. Los días son largos y exigentes, y la rutina deja poco espacio para la improvisación o el descanso.

Quienes la rodean comentan que, aunque se esfuerza por integrarse con normalidad, no siempre es sencillo. La presión de las actividades y la responsabilidad que conlleva su posición real pesan más de lo que parece. Sus compañeros la describen como dedicada, disciplinada y muy consciente de sus responsabilidades, pero también como alguien que siente la intensidad del entrenamiento y, en ocasiones, la carga emocional de estar lejos de su familia.

La vida en la academia exige concentración, resistencia y constancia. No se trata solo de superar pruebas físicas: la preparación mental es igual de demandante. Cada jornada requiere foco absoluto y esfuerzo continuo, y Leonor debe compaginar la formación con la expectativa constante de estar a la altura de su papel. Sus días comienzan temprano y terminan tarde, y cada actividad tiene un objetivo claro, desde aprender técnicas militares hasta desarrollar liderazgo y trabajo en equipo.

Letizia muy pendiente de su hija

Mientras tanto, la reina Letizia sigue muy atenta a su hija. Según compañeros de Leonor, hay días en los que recibe más de cinco llamadas de su madre. Suena por la mañana, a media mañana, a la hora de la comida, por la tarde y antes de dormir.

La razón es sencilla: Letizia está preocupada. Siente la responsabilidad de cuidar a Leonor a pesar de la distancia. Sus llamadas no solo son para saber si está bien, también para acompañarla emocionalmente y ofrecer apoyo en medio de la exigencia de la academia. Algunos compañeros aseguran que estas comunicaciones, aunque frecuentes, son un reflejo del cariño y la preocupación de una madre. También comentan que Leonor, aunque intenta mantener la calma y concentrarse, aprecia estos gestos que le recuerdan que no está sola.

En definitiva, la formación de Leonor en San Javier combina rigor, disciplina y aprendizaje, pero también un constante vínculo familiar. Las llamadas de Letizia son un hilo que mantiene a madre e hija conectadas, recordando que incluso en la distancia, la preocupación y el amor no desaparecen.