Charles, el confidente de Felipe VI, 10 años de relación y su gran apoyo en los peores momentos con Letizia
Felipe VI siempre ha tenido sus hombres de confianza
La vida privada de Felipe VI siempre ha estado envuelta en rumores, silencios y medias verdades. Y es que, detrás de la imagen impecable que se quiere proyectar desde Zarzuela, lo cierto es que el monarca ha vivido experiencias que nunca salieron a la luz de forma oficial. Entre ellas, la relación más intensa y duradera que mantuvo en su juventud: la que lo unió a Charles, un joven parisino con el que compartió más de diez años de complicidad, confidencias y un vínculo que fue mucho más allá de la amistad.
De hecho, los continuos viajes del entonces príncipe a París tenían un motivo que poco tenía que ver con los compromisos institucionales. En cada escapada, encontraba en Charles un refugio frente a la presión mediática, a la sombra constante de su padre y a las tensiones que ya comenzaban a marcar su vida sentimental con Letizia. No era solo un amante ocasional, según revelan voces como la de Joaquín Abad, sino una presencia constante que lo sostuvo en los peores momentos de su vida personal.
Una relación conocida por todos
La relación con Charles no fue un secreto absoluto en el entorno más cercano. En la familia se hablaba de él como de un “amigo especial”, alguien con quien Felipe podía ser él mismo, lejos de los protocolos y las sonrisas fingidas. Aquella complicidad se mantuvo durante más de una década, incluso después de que el futuro rey conociera a Letizia. Y es que la periodista, a diferencia de otras parejas del príncipe, aceptó el pacto: ella quería convertirse en reina y él necesitaba una compañera que supiera guardar silencio sobre su vida privada.
La realidad es que, mientras de cara al exterior se mostraba la imagen de un matrimonio sólido, en la intimidad Letizia sabía perfectamente que Charles seguía ocupando un lugar en la vida de su esposo. Lo toleró porque comprendía que era parte de un acuerdo más amplio, el que le permitió a ella convertirse en la mujer más poderosa de España y a él proyectar la imagen de normalidad que Zarzuela necesitaba desesperadamente.
Así pues, Charles fue mucho más que un amigo. Fue el gran apoyo emocional de Felipe VI durante más de diez años, un confidente que conocía sus miedos y sus debilidades, alguien con quien compartió los momentos más difíciles de su relación con Letizia y de su propia vida. Una historia escondida bajo llave que sigue marcando la verdadera cara de la monarquía española.