Casa Real tiene un ala Zarzuela cerrada con llave por orden de Felipe VI

Aunque la relación entre padre e hijo ha pasado por momentos de tensión, Felipe VI sigue apoyando a su padre

Felipe VI ha ordenado que se mantenga cerrada una de las alas del Palacio de la Zarzuela, precisamente la que corresponde a la antigua residencia de Juan Carlos I. Este lugar, que permanece bajo llave y cerrada, sigue siendo tratado como un espacio privado que solo se abre cuando el emérito visita el palacio.

El ala del Palacio de la Zarzuela que históricamente estuvo destinada al rey emérito sigue siendo la misma, tal y como la dejó cuando abandonó su residencia habitual en España. El despacho, los aposentos y el resto de las habitaciones que formaban parte de su espacio privado permanecen intactos, y se cierran herméticamente una vez que Juan Carlos I se marcha, sin que nadie haga uso de ellas. Este manejo de la zona refleja la discreción y el control que Felipe VI ha querido imponer dentro del Palacio, preservando la privacidad y las memorias del rey emérito, pero sin dar lugar a situaciones que pudieran resultar incómodas o conflictivas en el contexto de la nueva monarquía.

Felipe VI guarda respeto a su padre Juan Carlos I y le mantiene su espacio intacto en Zarzuela

Según informantes cercanos a la familia real, el hecho de que las habitaciones de Juan Carlos I se mantengan como él las dejó, sin modificaciones ni alteraciones, subraya la diferencia de tratamiento entre el actual rey y su padre, quien tuvo un papel fundamental en la transición democrática de España. Aunque la relación entre padre e hijo ha pasado por momentos de tensión, Felipe VI ha preferido que el ala de su padre siga cerrada y sin ser utilizada por otros miembros de la familia, evitando así cualquier tipo de controversia o ambigüedad en cuanto al uso de los espacios que fueron originalmente de Juan Carlos I y además por el respeto que merece su padre. 

La decisión de cerrar este espacio en el Palacio, que ha sido implementada con discreción, se alinea con la voluntad de Felipe VI de recordar y respetar el liderazgo de su padre y dando a entender que siempre tiene su lugar en Zarzuela. Desde su ascenso al trono en 2014, el monarca ha procurado crear una separación clara entre su figura y la de su padre, especialmente en cuanto a los aspectos simbólicos y las gestiones dentro del Palacio de la Zarzuela. El espacio de Juan Carlos I sigue siendo una suerte de "zona de transición" que solo se abre cuando él mismo decide regresar a España, y cuando se marcha, todo queda tal y como estaba.

El Rey Juan Carlos I tiene su lugar en Zarzuela

Preservar este espacio en Zarzuela como del emérito simboliza el amor entre el actual rey y su padre, especialmente desde la salida de Juan Carlos I de España en 2020, tras la serie de escándalos que marcaron sus últimos años como rey. Sin embargo, a pesar de las tensiones, la figura del rey emérito sigue siendo respetada, y su espacio dentro del Palacio continúa siendo un recordatorio de la historia reciente de la monarquía española.

Expertos en la corona afirman que el cierre del ala de Zarzuela por orden de Felipe VI refleja un esfuerzo por consolidar el control sobre la Casa Real y mantener una distinción clara entre las gestiones de padre e hijo. La presencia de Juan Carlos I en el palacio es ahora limitada y cuidadosamente gestionada, con el ala que le corresponde tratada como un área privada e intocable, a la espera de su regreso.