Casa Real pide disculpas a altos mandos de la Guardia Civil por el trato de Letizia
Letizia es inaguantable para los ecoltas
La presión dentro del entorno de Casa Real ha llegado a un punto límite. Esta vez, la tensión no se ha colado por un gesto malinterpretado ni por una foto indiscreta, sino por algo mucho más profundo: el trato. Altos mandos de la Guardia Civil han recibido disculpas formales desde Zarzuela por lo que muchos ya califican como un "clima insostenible" provocado, en gran parte, por el carácter de Letizia Ortiz.
Y es que la reina consorte mantiene un nivel de control que raya lo obsesivo. Da órdenes directas, exige explicaciones a destiempo, y no duda en levantar la voz si algo no se ajusta a sus estándares. Lo sufren a diario los equipos de seguridad que la acompañan, pero especialmente los que están asignados a Leonor, que lejos de suavizar la tensión, genera aún más movimientos críticos entre bastidores.
Leonor y Letizia son un dolor de cabeza
No se trata tanto de la actitud de la Princesa de Asturias, que simplemente vive su juventud con intensidad, sino de la carga extra que implica protegerla. Las normas impuestas por su madre, el temor a que se filtre una imagen comprometedora, las noches que decide salir de improviso… todo eso pesa. Ya lo advirtieron los escoltas tras el paso por el Juan Sebastián Elcano, cuando se vieron forzados a seguir el ritmo de una Leonor inquieta y social, en condiciones extremas y sin apenas descanso. Pero el regreso a tierra firme no ha traído alivio: los hábitos nocturnos de la heredera, ahora ya en España, siguen dejando al límite a sus escoltas.
La gota que colmó el vaso fue una reprimenda directa de Letizia a uno de los agentes por unas fotos tomadas meses atrás durante la escala en Montevideo. No fue su culpa, pero eso nunca importó. La exigencia y el miedo a un desliz siguen siendo la norma. Incluso Leonor, en más de una ocasión, ha intercedido por ellos para rebajar la tensión.La situación ha obligado a Casa Real a moverse. En los últimos días, han garantizado que ampliarán los turnos de escolta, permitirán mayor rotación entre los efectivos y revisarán los protocolos internos para que tanto los agentes que acompañan a Letizia como los que van con Leonor puedan disfrutar de descansos más justos.
Así pues, aunque de puertas para fuera todo parezca medido y ceremonial, lo cierto es que dentro del Palacio hay cansancio, hay desgaste, y hay una necesidad urgente de cambiar las reglas para que quienes lo dan todo por la seguridad de los Borbones no terminen quebrándose por completo.