Casa Real decide apartar a Irene de Grecia, la tía Pecu, de la vida pública por empeoramiento irreversible
Por el bien de l tía Pecu, ha sido apartada
Los veranos en Mallorca han dejado de ser lo que eran. La familia real española, antaño un símbolo constante en las Islas Baleares, apenas mantiene ya una presencia simbólica. La reina Sofía, eso sí, sigue fiel a su cita con el palacio de Marivent, aunque este año lo ha hecho de forma muy diferente: sin su inseparable hermana, Irene de Grecia.
Y es que, por primera vez en más de cinco décadas, la emérita ha tenido que hacer las maletas sola. O casi. La ha acompañado su hijo, Felipe VI, preocupado por el deterioro de salud de su madre y decidido a no dejarla viajar sola nunca más. Su avanzada edad y una movilidad cada vez más reducida han hecho que el monarca asuma personalmente el rol de acompañante durante los desplazamientos veraniegos. Pero la ausencia de Irene lo ha cambiado todo.
Irene ya no puede llevar una vida normal
Irene de Grecia, la siempre discreta "tía Pecu", ya no está en condiciones de viajar. Diagnosticada de Alzheimer hace tres años, su situación se ha agravado notablemente en los últimos meses. Ya no aparece en actos públicos. Ya no camina. Apenas reconoce rostros familiares. Vive completamente asistida en Zarzuela, con personal sanitario permanente que vela por su bienestar. La reina Sofía lo ha llevado con un dolor sordo, callado, pero profundo.La realidad es que esta ausencia ha golpeado con fuerza el ánimo de Sofía. La unión con su hermana ha sido siempre férrea, casi simbiótica. Compartían techo, viajes, rutinas y silencios. Y ahora, la emérita ha tenido que dejarla atrás por primera vez. Sin ella, Marivent se le hace más grande, más vacío. Más triste.
Además, la situación no mejora en clave institucional. Letizia evita cada año alargar su estancia en Mallorca más allá de lo imprescindible. Leonor y Sofía, aunque más discretas, siguen el mismo patrón. La conexión de la familia real con la isla se debilita a pasos agigantados. Solo Sofía mantiene el vínculo, quizás por nostalgia, quizás por lealtad.
Así pues, el verano de 2025 marca un antes y un después. La reina Sofía sigue fiel a Marivent, pero lo hace sola. E Irene, su alma gemela, ya no la acompaña. Y eso, por dentro, pesa más que cualquier maleta.