Carlos III toma una decisión con Harry para el día de su funeral

El perdón de Carlos III podría llegar de forma sorprendente

En un giro inesperado que ha dejado perplejos incluso a los más veteranos cortesanos, Carlos III ha decidido romper años de tensión y frialdad con su hijo menor. En su último gran acto como monarca, el rey ha pedido que el príncipe Harry tenga un papel central en su funeral. La decisión, lejos de ser simbólica, reescribe el guion de despedida de una de las figuras más polémicas de la monarquía británica reciente.

La realidad es que el rey no quiere que su adiós sea un retrato de división, sino una escena de unidad familiar. Por eso ha ordenado personalmente que Harry camine junto a Guillermo, su hermano mayor, ya proclamado rey en ese momento, detrás del féretro. Un gesto de reconciliación que rompe con la distancia helada vivida en los funerales del príncipe Felipe y de Isabel II.

Y es que Carlos III, consciente del daño que han causado los silencios, los libros y las entrevistas, ha optado por el riesgo en lugar de la censura. No solo ha querido visibilizar a Harry, sino también incluir a Meghan Markle y a sus hijos en un lugar destacado durante la ceremonia. Archie y Lilibet, nietos del rey, serán presentados como parte esencial del legado Windsor, pese al rechazo interno que aún despiertan.

Carlos III quiere firmar la paz de una vez por todas

De este modo, el monarca lanza un mensaje claro: antes que alimentar disputas, quiere cerrar su historia con un gesto de redención. Aunque eso incomode al príncipe Guillermo, quien —según fuentes cercanas al palacio— sigue viendo a los Sussex como una amenaza para la estabilidad de la institución. La jugada es arriesgada, porque en Buckingham nadie olvida cómo Harry y Meghan convirtieron sus conflictos en un lucrativo negocio mediático. Las memorias, las series, las entrevistas… Todo sigue fresco, demasiado, parece. Pero Carlos III parece decidido a asumir ese coste si con ello logra dejar una imagen de familia reconciliada, aunque sea por última vez.

Así pues, el rey no ha buscado castigos ni venganzas. Su funeral será, si todo sale como ha previsto, un acto de perdón. El cierre más inesperado para una vida marcada por el deber, el silencio… y las ausencias.