Carlos III resignado a morir sin cumplir la última voluntad de su madre
La relación con Harry ha llegado a un punto insalvable
Las últimas semanas no han sido nada buenas para la ya tocada relación entre el Príncipe Harry y Carlos III. Las declaraciones del Duque de Sussex, sumadas a todas las disputas que ya llevan acumuladas entre los dos, han hecho que la situación haya llegado a un punto en el que es insostenible y en el que la reconciliación parece estar más lejos que nunca. Y es que, con la decisión del Rey de Inglaterra de poner fin a cualquier comunicación con su hijo, el regreso de Harry a Reino Unido ya se da por imposible. Al menos, con Carlos III como Rey de Inglaterra.
En este sentido, tal y como se han encargado de recordar medios ingleses, con este mayor distanciamiento entre Carlos III y Harry, el monarca inglés ha acabado de asumir que no va a ser capaz de satisfacer la que fue la última voluntad de su madre, Isabel II. Y es que la Reina de Inglaterra siempre le pidió a su hijo que mantuviera la familia unida. Algo que no ha sucedido ni ha estado cerca de suceder.
De hecho, desde que Carlos III está en el trono, las distancias entre los Duques de Sussex y el resto de la Casa Real de Gran Bretaña han crecido. Lo que ha hecho que Carlos III ya haya asumido que llega el momento de asumir que fallecerá habiendo fallado a la promesa que le hizo a su madre.
Carlos III no espera que le quede mucho tiempo de vida
La realidad es que si quiere cumplir con lo que le pidió Isabel II, Carlos III deberá protagonizar una reconciliación bastante rápida con su hijo. Y es que si los médicos siguen siendo incapaces de hacer que el Rey de Inglaterra responda a los tratamientos contra el cáncer, las esperanzas de vida para Carlos III son muy bajas, lo que hace que, salvo cambio radical, ya haya asumido que morirá sin reconciliarse con el Príncipe Harry.
Así pues, tras la última pelea entre Harry y Carlos III, el monarca inglés ha comenzado a dar por hecho que no va a ser capaz de cumplir con la última voluntad de Isabel II, que quería que los Windsor volvieran a estar unidos.