Carlos III no respetó el último deseo de Isabel II y por culpa de Harry, sufre depresión
Antes de fallecer, la reina Isabel pidió a Carlos III, que mantuviera unida a la familia
Es bien sabido que la Reina Isabel II nunca estuvo especialmente contenta con la presencia de Meghan Markle en la familia real. Además, la monarca, también vivió muy disgustada por la salida de Harry de todo lo que tuviera que ver con la corona, algo que la dejó marcada, pero que nunca la llevó a romper las relaciones con su nieto, algo pidió expresamente, pues no quería que, sin ella, la familia se fragmentara.
Sin embargo, el cometido de Carlos III quedó muy lejos de acabarse cumpliendo, pues, apenas dos años después del fallecimiento de su madre y de su último deseo, Carlos II ha visto como era incapaz de seguir la última petición Isabel II, cuyo último deseo no ha sido cumplido, ni de lejos.
Carlos II está muy afectado por las disputas familiares
Pese a que Carlos tampoco sea devoto de Meghan Markle y de la actitud de Harry desde que dejó su puesto en la Casa Real de Reino Unido, solo quiere cumplir con el cometido que le encargó su madre y sueña con volver a ver unida a su familia. Algo que, vista la tensión actual entre Kate Middleton y Meghan Markle, parece ciertamente complicado, pues, entre Harry y Guillermo tampoco es que reine un ambiente especialmente bueno. Más bien todo lo contrario.
Ante esta complicada situación familiar, la realidad es que Carlos III está muy afectado emocionalmente por haber sido capaz de cumplir con el último deseo de su madre. Y es que según cuentan desde Gran Bretaña, el monarca está atravesando una depresión en la que lleva sumido desde que en 2022 se comenzó a fragmentar su familia, la cual, tras la muerte de Isabel II se rompió por completo, dejando absolutamente desolado a un Carlos que solo quiere volver a unir a sus hijos y sus nueras.
Faltan muchas disculpas y nadie dará su brazo a torcer
Para que llegue el esperado momento de la reconciliación debería haber una conjunción por parte de todos para pedirse disculpas mutuamente, dejando de lado todos los egos. Algo que no parece, para nada, probable, pues nadie en la Casa Real está dispuesto a asumir ninguna culpa ni a tomar la iniciativa para entablar una conversación que lo sane todo.
Así pues, parece que ni por el bien de Carlos III, Guillermo y Harry están dispuestos a juntarse para cumplir con el último deseo de Isabel II que solamente pidió a su hijo que mantuviera bien unida a su familia, algo que nunca acabó sucediendo.