Carlos III ha perdido la ilusión y comunica a sus hijos que no luchará más
Después de tantos tratamientos inservibles, Carlos III no quiere seguir


Hace más de un año que desde Buckingham comunicaron que Carlos III sufría cáncer de colon y que comenzaría a someterse a un tratamiento para poner fin a una enfermedad que ponía en grave riesgo su vida. En este sentido, el Rey de Inglaterra comenzó su lucha contra el cáncer con una sonrisa y con la convicción de que iba a ser capaz de superar esa enfermedad. Sin embargo, con el paso del tiempo, Carlos III ha ido perdiendo la sonrisa a medida que los tratamientos han dejado de hacer efecto en su cuerpo, lo que ha desilusionado al monarca inglés.
Carlos III siempre tuvo claro que no iba a dar ni un solo paso al lado durante su lucha contra el cáncer. Un factor que ha dejado gravemente fatigado al Rey de Inglaterra, que, entre tratamientos y actos institucionales, apenas ha tenido tiempo para descansar y recomponer su cuerpo. Una situación que ha acabado pasando una seria factura en Carlos III, que sabe que está perdiendo la batalla.
Carlos III pierde la ilusión por vivir
Tal y como han podido revelar fuentes cercanas a Buckingham, tras ver que los tratamientos no han tenido efecto alguno en el cáncer que le fue detectado, Carlos III habría comenzado a perder la ilusión por seguir adelante. En este sentido, lo que antes era un fuerte espíritu de lucha y decisión por vivir, ahora es desilusión y desencanto con todo. Los síntomas de la enfermedad son cada vez más grandes y Carlos III se estaría comenzando a cansar de luchar a contracorriente.
Una situación que el Rey de Inglaterra ya habría transmitido a sus hijos. En especial a un Guillermo de Gales que, a pesar de sus intentos por animar a su padre, ya sabe que Carlos III no tiene intención de seguir luchando durante mucho más tiempo. Especialmente si sigue viendo que los tratamientos que recibe son inútiles a la hora de hacer que el cáncer comience a remitir. Algo que no se ha logrado en el año que lleva bajo tratamiento.
Así pues, lejos de seguir con su estoica mentalidad, Carlos III parece resignado a un final trágico por culpa de un cáncer que se resiste a remitir. Lo que ha llevado al Rey de Inglaterra a plantearse la posibilidad de dejar de luchar por seguir adelante.