Camilla Parker Bowles amenaza al Príncipe Guillermo con contar toda la verdad
La reina Camilla no pondrá facilidades a su salida de Buckingham
Mientras el rey Carlos III se debilita día tras día, la reina Camilla ha dejado claro que no piensa retirarse en silencio. Lejos de adoptar el papel de viuda discreta, la consorte se ha atrincherado en Buckingham y se prepara para resistir cualquier intento de ser apartada del poder. Su mensaje es firme: nadie la va a echar, ni siquiera el príncipe Guillermo.En los pasillos del palacio, donde hace apenas unos meses todo era discreción y rutina, ahora se respira un aire de tensión que amenaza con estallar. Y es que, la relación entre Camilla y el heredero al trono es más fría que nunca. No hay afecto ni lealtad, solo un pulso velado por el control de lo que queda de la monarquía británica.
La reina consorte sabe que su papel ha sido clave durante décadas. Estuvo junto a Carlos en sus momentos más bajos, tejió alianzas, manejó silencios y protegió secretos. Y ahora no está dispuesta a que la alejen como si fuera un estorbo. Su mayor temor es convertirse en un símbolo decorativo, sin voz ni influencia. Por eso ha empezado a moverse con determinación.
Camilla lo sabe absolutamente todo
Y es que Camilla conoce los puntos débiles de todos. Sabe dónde tocar si las cosas se tuercen. Desde confidencias íntimas hasta documentos que podrían causar un auténtico terremoto, la consorte guarda información que haría temblar incluso al más popular de los Windsor. Y no le temblaría el pulso si con ello logra mantenerse en el tablero.
Mientras tanto, Guillermo y Kate intentan contener los daños, conscientes de que una confrontación directa podría abrir una grieta pública en la familia real. Su visión del futuro es joven, limpia, moderna y sin Camilla. Pero la reina consorte no encaja en ese cuadro. Ella es el recordatorio viviente del pasado, de Diana, del escándalo, de todo lo que aún no se ha cerrado del todo.
Así pues, con Carlos III cada vez más ausente, la guerra por el trono ya no es simbólica. Camilla ha decidido plantar cara. Y si alguien pensaba que iba a desaparecer con la coronación de Guillermo, se ha equivocado de reina.