Alberto de Mónaco pasa semanas enteras sin ver a sus hijos, Jacques y Gabrielle
Charlene está harta de que el padre de sus hijos no haga nada por ellos
Este fin de semana hemos podido ver a Alberto de Mónaco paseando por uno de sus eventos del año favoritos: el Gran Premio de Fórmula 1. Este acontecimiento anual es la cita perfecta para que los Príncipes de Mónaco se dediquen a mostrar una cara lo más alegre posible y para que se mezclen con las personalidades más importantes del planeta. Una ocasión que tampoco se pierden los hijos del matrimonio, Jacques y Gabrielle, que han sido vistos en varias ocasiones paseando con padre entre los pilotos de la parrilla de la F1.
Sin embargo, esta imagen familiar en la que se ve a Alberto II junto a sus hijos, no ha sido algo especialmente habitual a lo largo de estos últimos tiempos. Y es que, según han ido revelando fuentes cercanas al Principado de Mónaco, la labor del Príncipe Alberto a la hora de ejercer de padre está dejando mucho que desear. Pues, pasaría semanas enteras sin siquiera hablar con Jacques y Gabrielle.
Tal y como hemos podido saber, Charlene de Mónaco está muy decepcionada con el papel de padre que ha tomado su marido. Un Alberto que no dedica ni una mínima parte de su tiempo del día a día para estar junto a sus hijos y educarlos o, como mínimo, disfrutar de su compañía. De hecho, muchos aseguran que no quería tener hijos y que los tuvo por obligación.
A Alberto II no le gusta ejercer de padre
De este modo, lejos de ser un padre cercano a sus hijos como hemos visto a lo largo de este fin de semana, el Príncipe Alberto se ha acostumbrado a mostrar el mínimo interés en sus hijos, los cuales se han llegado a pasar semanas enteras sin saber nada de papá, que está mucho más dedicado en su papel como Príncipe de Mónaco que como padre, dejando toda la responsabilidad a una Charlene que tampoco está en las mejores condiciones.
Así pues, a pesar de las imágenes que hemos visto a lo largo del GP de Fórmula 1, la realidad es que Alberto se ha convertido en un padre ausente que apenas pasa tiempo con sus hijos de forma habitual.