Ainhoa Armentia empieza a levantar suspicacias en el club de los ricos de Vitoria
El nuevo estilo de vida de una pareja en Vitoria genera miradas curiosas en los círculos más exclusivos de la ciudad
Desde que Iñaki Urdangarin obtuvo la libertad en 2019, su vida ha dado un giro radical. Se instaló en Vitoria, junto a su madre, y decidió dejar atrás el mundo laboral tras una breve experiencia en un despacho de abogados. Allí conoció a Ainhoa Armentia, su actual pareja, que ahora también forma parte del exclusivo círculo social de la ciudad. Antes, ella no podía permitirse frecuentar esos ambientes, pero desde que está con Iñaki, ambos comparten días en clubes deportivos y espacios reservados para la élite local.
En Vitoria, la gente comenta que el tren de vida de ambos no se sostiene solo con los ingresos conocidos de Iñaki. Se sospecha que detrás está el dinero de Cristina, la infanta. Urdangarin recibe una pensión vitalicia y una indemnización millonaria, producto del acuerdo de divorcio con la infanta Elena, que le permitió evitar revelar secretos familiares. Sin embargo, su nivel de vida excede lo que esa pensión debería cubrir. El lujo, los viajes y el deporte parecen ser su nueva rutina, dejando atrás la preocupación económica.
Una vida sin estrés, pero con muchas dudas
Iñaki no trabaja y tampoco tiene intención de hacerlo. Pasa las mañanas en un club de pádel y tenis, rodeado de empresarios poderosos, mientras Ainhoa empieza a ser vista como una pieza más en este mundo de opulencia. Su día termina con cenas en restaurantes Michelin y escapadas internacionales, disfrutando del confort y la exclusividad. Sin horarios ni obligaciones, su vida parece un constante disfrute.
Pero las sospechas no paran. Expertos como Maica Vasco ponen en duda la procedencia real del dinero que mantienen este ritmo. Según Vasco, el subsidio que Urdangarin recibe tras salir de prisión es de apenas 436 euros al mes, una cifra ridícula frente a sus gastos. Solo una cena en sus lugares habituales podría costar miles de euros, lo que levanta sospechas sobre fondos ocultos o apoyos económicos no declarados. Mientras tanto, la infanta Cristina, separada de él, podría estar cargando con buena parte del sostenimiento, especialmente tras la retirada del rey Juan Carlos. En Vitoria, los rumores crecen y Ainhoa, la socia nueva, empieza a levantar más de una ceja.