Ainhoa Armentia atraviesa una crisis con Iñaki Urdangarin
La pareja atraviesa un momento delicado marcado por dudas y tensiones en su entorno más cercano
La relación entre Ainhoa Armentia e Iñaki Urdangarin nunca fue sencilla. Desde el inicio estuvo marcada por las sombras del pasado del ex duque de Palma. Tras salir de prisión, buscó rehacer su vida en Vitoria, compartiendo piso con Ainhoa y tratando de mantenerse alejado del ruido mediático. Pero los fantasmas siguen ahí.
El carácter conquistador de Urdangarin es algo que siempre le ha acompañado. Sus romances anteriores, las rupturas poco claras y hasta los mensajes que salieron a la luz durante el caso Nóos, pesan todavía. Para Ainhoa, que decidió apostar por él pese a todo, las dudas han ido creciendo. Las desconfianzas no son nuevas, pero se han agudizado en los últimos meses.
A eso se suma un punto clave: la relación con la infanta Cristina. El buen rollo que mantienen, sobre todo por sus hijos en común, se ha interpretado en algunos círculos como un acercamiento que incomoda a Ainhoa. Cada encuentro entre ellos despierta rumores. Y la ausencia de Armentia en esas reuniones familiares no hace más que alimentar las especulaciones.
Tensiones familiares y falta de confianza
A la presión mediática se añade un problema más íntimo: la convivencia de sus familias. Los hijos de Urdangarin no han mostrado interés en estrechar lazos con los de Ainhoa. Esa falta de relación genera distancia y conflictos internos. Lo que debía ser una nueva etapa de estabilidad se convierte en un escenario lleno de roces.
Además, las señales de crisis se acumulan. Salidas por separado, viajes en los que Iñaki aparece acompañado de Cristina y comentarios en su entorno que apuntan a una tensión creciente. Ainhoa se siente desplazada, y la falta de confianza empieza a pasar factura.
El exdeportista intenta mantener un perfil discreto, pero su historia personal pesa demasiado. Entre la presión de los medios, los recuerdos de su vida anterior y la dificultad de unir dos mundos familiares, la relación atraviesa su momento más delicado.
Por ahora siguen juntos, aunque cada paso que dan parece marcado por la incertidumbre. El pasado no termina de desaparecer y el presente se complica con cada nuevo episodio. El futuro de esta pareja está en el aire, en un equilibrio frágil que solo el tiempo dirá si se rompe o se consolida.