Advertencia a Froilán y compañía: la cardióloga Magdalena Perelló avisa: “El síndrome del corazón de fiesta”

La mala vida de Froilán le puede causar graves problemas futuros

El nombre de Froilán de Marichalar vuelve a estar en el punto de mira, y esta vez no por un simple exceso mediático, sino por los riesgos que corre su salud. Sus noches interminables en los locales más exclusivos de Madrid, los brindis sin control y esa fama de amante de la diversión podrían pasarle una factura mucho más seria de lo que imagina. Entre quienes observan con preocupación está la cardióloga Magdalena Perelló, que advierte de un fenómeno cada vez más habitual entre jóvenes que abusan del alcohol: el llamado “síndrome del corazón de fiesta”.

Y es que este trastorno, conocido en medicina como fibrilación auricular desencadenada por consumo intensivo de alcohol, aparece cuando se ingieren grandes cantidades de bebida en un corto espacio de tiempo. Los síntomas —palpitaciones, taquicardias, dolor torácico, mareos o sensación de ahogo— pueden surgir en plena noche de diversión o incluso después, cuando el cuerpo trata de metabolizar el exceso. Aunque la arritmia suele desaparecer al normalizarse los niveles de alcohol en sangre, los especialistas alertan de que repetidos episodios terminan debilitando el sistema cardiovascular.

Froilán vive por la fiesta

La realidad es que Froilán no esconde su pasión por las fiestas. Testigos frecuentes de su vida nocturna cuentan que rara vez mide lo que bebe y que en más de una ocasión ha protagonizado episodios tensos por culpa del desfase. A simple vista podría parecer parte del personaje rebelde que le persigue desde la adolescencia, pero los médicos recuerdan que el abuso constante no solo erosiona la reputación, sino también el corazón.

Exposición a un mal mayor

De este modo, Magdalena Perelló insiste en que, aunque el síndrome no requiera tratamiento farmacológico inmediato, la mejor prevención pasa por reducir drásticamente el consumo de alcohol o, directamente, evitarlo. Las fibras musculares del corazón necesitan estabilidad y cada noche de excesos las expone a un estrés innecesario que puede acabar conllevando un problema más grave en el futuro a nivel cardiológico.

Así pues, el heredero del espíritu fiestero de la familia Borbón haría bien en replantearse su ritmo de vida antes de que los brindis se transformen en un problema mayor. La advertencia está sobre la mesa: el corazón no siempre resiste el mismo ritmo que la pista de baile.