Acusan a Charlène de Mónaco de no ser una buena madre con su hija Gabriella

La Princesa de Mónaco admite no tratar igual a sus dos hijos

En el corazón del Principado, la Casa Real de Mónaco vuelve a estar bajo la lupa, y esta vez el centro de las críticas es la propia princesa Charlène. Desde hace meses, en los pasillos del palacio circulan acusaciones muy duras contra ella, señalándola de ser una madre ausente y poco presente en la vida de sus hijos. Un juicio cruel, pero que se alimenta de los rumores sobre sus problemas personales, especialmente los relacionados con adicciones y el tiempo prolongado que ha pasado lejos de la familia.

Y es que muchos dentro de su entorno aseguran que el vacío maternal que dejó Charlène en momentos clave no se ha podido llenar. En gran medida, su lucha con las adicciones habría marcado distancias inevitables con los pequeños, generando la sensación de que no siempre ha estado disponible cuando más la necesitaban. Todo ello ha reforzado la percepción de que los gemelos crecen bajo un cuidado desigual, con un afecto que no siempre llega de la misma manera a ambos.

Charlène, una madre diferente para cada hijo

De este modo, lo que más llama la atención es la propia confesión de Charlène, admitiendo que se siente mucho más cercana a Jacques que a Gabriella. Una revelación que ha encendido aún más las críticas, pues se interpreta como una muestra de favoritismo que no corresponde a una madre que debería tratar a sus hijos con el mismo amor. Los allegados sostienen que esta diferencia se traduce en actitudes visibles: Gabriella, dicen, a menudo queda en un segundo plano, apartada en ciertos momentos, mientras Jacques recibe mayor atención y complicidad.

La realidad es que este panorama ha generado un intenso debate dentro y fuera de Mónaco. Algunos entienden que los problemas de Charlène han pasado factura y que la princesa atraviesa un camino complejo de recuperación, pero otros no perdonan la falta de dedicación hacia su hija. Para muchos, el daño ya está hecho, y la imagen de madre distante resulta difícil de borrar, sobre todo en una familia donde cada gesto tiene repercusión internacional.

Así pues, entre los rumores de favoritismo y las acusaciones de ser una madre ausente, la princesa Charlène se encuentra bajo una presión creciente. Mientras Jacques se convierte en su apoyo más cercano, Gabriella aparece como la gran olvidada de un hogar que debería ofrecer igualdad y amor en cada rincón.