Furia de Julián Álvarez y Messi, festejo de Hakimi: Caos total y decisión del VAR...2 horas después

Papelón histórico en los Juegos Olímpicos

La esencia del deporte. El amateurismo a flor de piel. La competencia más pura y limpia. Eso es el alma de los Juegos Olímpicos. No lo que se vió en el estadio Estadio Geoffroy-Guichard, eso fue un escándalo sin precedentes. 

Ni en la más audaz narración futbolística se hubiera concebido tal drama. A dos días de la gran inauguración a orillas del Sena, en apenas unas horas de juego oficial, los Juegos Olímpicos de París 2024 quedaron marcados por un vergonzoso episodio. Lo acontecido en el estadio de esta ciudad sureña francesa supera cualquier desatino visto incluso en las ligas inferiores de países menos desarrollados. Los incidentes durante el partido entre Argentina y Marruecos, del Grupo B, que los africanos ganaron 2-1, dejan una huella indeleble de alarma.

Crónica de un bochorno

El caos, dentro y fuera del terreno de juego, estalló en el minuto 16 del segundo tiempo, prolongado por las múltiples invasiones de espectadores que obligaron al árbitro sueco Glenn Nyberg a añadir quince minutos de tiempo extra. Tras verse superado durante gran parte del partido por el dinámico equipo marroquí, que se adelantó 2-0 con goles de Soufiane Rahimi, uno de ellos de penal, el equipo dirigido por Javier Mascherano renació con orgullo y logró igualar 2-2 gracias a un gol agónico de Cristian Medina.

Sin embargo, la celebración efusiva de los jugadores albicelestes frente a una tribuna mayormente teñida de rojo desató un bochorno. El estadio, con capacidad para 42,000 espectadores, estaba lleno en un 80%, con apenas un 5 o 10% de argentinos. Botellas de refresco y agua comenzaron a llover sobre los jugadores argentinos, congregados en una esquina tras el gol  de la igualdad que incluyó dos tiros al travesaño antes de tocar la red.

Ese fue el preciso instante en que todo se descontroló. Los hinchas marroquíes, ya agresivos desde antes del inicio del partido (silbando el himno argentino), no toleraron el empate. Un petardo estalló cerca del entrenador Javier Mascherano. De nuevo, invasiones al campo de juego. Jugadores y cuerpo técnico nacional ingresaron rápidamente a los vestuarios hasta que la seguridad volvió a tomar control de la situación.

La incredulidad total llegó cuando se filtró la posibilidad de que los jugadores regresaran al campo de juego, que el árbitro quería revisar en el VAR por un posible fuera de juego en el gol agónico argentino . ¿Cómo? ¿La gente se miraba sin comprender. Era una situación tragicómica a la francesa en vivo. 

Efectivamente, 2 horas después de finalizado el encuentro los jugadores salieron al campo de juego con las gradas ya vacías, precalentaron, el árbitro revisó el VAR y anuló el gol. Dio 3 minutos de regalo y el partido se terminó. El resultado y análisis táctico quedaron en un tercer plano en este contexto.


Tras el partido varios jugadores argentinos expresaron su mezcla de entre bronca y asombro por lo sucedido. Desde el capitán del equipo, Nicolás Otamendi, hasta el propio Leo Messi que se expresó en redes sociales. 

La Asociación del Fútbol Argentino elevó un reclamo pidiendo sanciones y argumento que lo sucedido hoy fue "en contra de las reglas de la competencia"