Preocupación en el Real Madrid por el rendimiento de una de sus joyas
Zidane preocupado por la falta de minutos de su apuesta
Brahim Díaz está viviendo una temporada agridulce en Italia. Pese a tener más minutos que los que tenía en Madrid, cosa que por otra parte era sencilla pues en el equipo blanco apenas jugó 50 minutos el pasado año, no está asentado en el 11 de Pioli en el AC Milán. El jugador es casi siempre titular en Europa League, donde brilla, pero no lo es en la Serie A donde le cuesta más encontrar su fútbol. En Italia ya hablan de él como un jugador que solo sirve para revolucionar partidos, pero que no tiene el poso suficiente para ser titular indiscutible y mucho menos para ser el líder de un equipo campeón. La cara y la cruz del malagueño preocupan al Real Madrid y sobre todo a Zidane. El francés cree que el talento del ex jugador del Manchester City debería ser determinante en la Serie A y esperaba que tuviera casi todos los minutos disponibles.
La realidad es que Brahim no acaba de asentarse como titular porque su rendimiento cuando lo ha sido ha dejado que desear. Es intermitente y no termina de cumplir todo lo que le pide su técnico. No se puede negar que el malagueño tiene una calidad técnica por encima de la media, pero de momento no es suficiente para ser uno de los líderes de un buen Milán que va directo a reconquistar el Scudetto 10 años después.
De momento nadie en las oficinas del Real Madrid se ha planteado la opción de romper la cesión en enero. El jugador es feliz, pese a no ser titular las veces que le gustaría, y siente que está creciendo como jugador. La Serie A ahora mismo vuelve a ser una de las mejores ligas del mundo y comienza a recuperar el nivel que tuvo en los años 90. A nivel de juego no tiene nada que envidiar a la Premier o LaLiga y la nueva hornada de técnicos italianos apuestan por un fútbol mucho más ofensivo que lo que habíamos visto en la última década.
De este modo Brahim seguirá con su pequeño máster en Italia y Zidane espera que poco a poco demuestre que puede ser titular en el que, de momento, es el mejor equipo de Italia.