El próximo Cristiano Ronaldo elige al Barça y no al Real Madrid

Se decanta por el conjunto culé

En Portugal no dejan de salir nuevos talentos, que esperan seguir los pasos de Cristiano Ronaldo, Bernardo Silva, Raphaël Guerreiro y compañía, y ganar algo con la selección. Algo que no pudieron hacer hasta hace realmente poco, cuando conquistaron la Eurocopa, en 2016, y la UEFA Nations League, en verano de 2019. Y, desde luego, su futuro pinta interesante, con cracks de la talla de Joao Félix, Francisco Trincao, Rubén Días, Diogo Jota y demás.

Este verano son uno de los grandes candidatos a revalidar el título de la Eurocopa, y están llamados a dar mucha guerra en el Mundial de Catar de 2022. De hecho, pueden considerarse como favoritos, y más, viendo el nivel de jugadores que tienen en categorías inferiores, caso de Fabio Silva, Fabio Vieira, Romario Baró… y los que todavía quedan por salir. Porque las canteras de Benfica, Sporting de Portugal, Oporto y Sporting de Braga no descansan.

Aunque la última joya del país ibérico no juega en ninguno de esos. De hecho, no milita en ninguno de los equipos que compiten en la Liga NOS. Su nombre es Sidnei Tavares, y, a pesar de ser portugués, pertenece al Leicester City de Brendan Rodgers. Allí lleva desde hace mucho tiempo, por lo que está plenamente adaptado, y es pieza importante en el equipo sub 23, a sus 19 años. Su gran objetivo a corto plazo es debutar con los profesionales en la Premier League.

Se trata de un mediocentro con creatividad y gran inteligencia, del que hablan maravillas, y al que ven un gran futuro por delante. En Inglaterra no han podido evitar compararle con CR7, sin duda alguna, el crack luso que más huella ha dejado en ese país. No hay por donde cogerlo, pues ni siquiera actúan en la misma posición, pero es un buen referente. Aunque, a diferencia del astro de la Juventus de Turín, su sueño es acabar en el Barça, que ya ha pensado en él para su filial.

Un varapalo para el Real Madrid muy importante. Tras Florian Wirtz, del Bayer Leverkusen, ahora otra perla se decanta por el eterno rival.

Ya van dos.