El 'otro Messi', a tiro de Barça y Madrid: tortazo a José Mourinho, cláusula al descubierto

'La Joya' puede salir de la AS Roma por un precio de risa

Si Enzo Fernández ha costado cerca de 120 millones de euros; Marc Cucurrella valió, también al Chelsea, 65,3 y Anthony Gordon le ha costado al Newcastle 45 millones, entonces, ¿cuánto puede valer el llamado sustituto de Leo Messi en la Selección de Argentina y estrella de la Serie A en el último lustro, además de la AS Roma de José Mourinho en la actualidad? Mucho, pensarán, pero no, porque Paulo Dybala posee una cláusula que le permite irse por un precio de risa.

Lo es para los tiempos que corren y el tipo de jugador que es, un talento como pocos, aunque, eso sí, con el hándicap de ser un futbolista tendente a la lesión. Con todo y más Paulo Dybala ya ha estado en la agenda, entre otros, del FC Barcelona y el Real Madrid en el pasado y puede volver a estarlo si, como parece, posee una cláusula liberatoria de un coste irrisorio para los tiempos modernos. No sabemos si The Special One está al corriente de ello, imaginamos que sí, pero desde luego no le hará ninguna gracia que se haya puesto en conocimiento de Europa.

Al parecer por 12 millones de euros podría optar por salir en cualquier momento de la ventana de transferencias estival el sudamericano, y lo haría solo si al argentino le interesa el equipo que vaya a la capital italiana a por él, lo cual sería para la Roma poco menos que perder a uno de sus mejores jugadores por un beneficio escaso; es decir, una operación que puede interesar no solo a los blaugranas y a los merengues, sino a otros grandes de Europa.

Sin ir más lejos, el Manchester United y Chelsea se interesaron por Dybala cuando este había ya tomado su decisión de salir de la Juventus de Turín, por lo que esta cláusula podría facilitar que sendos clubs volvieran a llamar a su puerta. La información procedente de Italia señala que la Roma, consciente de este asunto de cara al mercado de fichajes de verano, quiere renovar cuanto antes al jugador. Veremos quién llega antes, pero huele a carrera de velocidad: el premio lo vale.