CR7 se harta y se planta: fichaje exprés de la Juventus como salvación

La temporada no ha podido empezar peor para la Juventus de Turín. Un empate -y gracias- contra la Roma en el segundo partido liguero, una lesión de Paulo Dybala y una serie de fichajes frustados que han terminado por colmar la paciencia de su estrella, Cristiano Ronaldo.

El delantero portugués está cansado de tener que llevar siempre la batuta del equipo en el aspecto ofensivo. Más aún cuando no está sobre el campo el mediapunta argentino, su mejor socio. La lista de fichajes que planteaba Andrea Pirlo tras su nombramiento como nuevo técnico de los italianos no ha sido satisfecha por el presidente del club, ni siquiera de forma parcial. Ni Luis Suárez, ni Edin Dzeko, ni Houssem Aouar, ni Stephan El Shaarawy. Ninguno de ellos ha lllegado, y eso que los dos primeros tenían prácticamente estampada su firma.

Muchos son los nombres que han estado cerca de vestir la casa bianconera, pero solamente Arthur Melo y Álvaro Morata -más por descarte que por otra cosa- han terminado llegando a Turín. La falta de ideas que ha manifestado el equipo en el juego en estos partidos ha sido la gota que ha colmado el vaso. El club necesita refuerzos de garantías en la zona ofensiva y Federico Chiesa es el jugador señalado para tratar de poner fin a los problemas de juego.

Un club que aspira a todo como la Juventus no puede ir a trancas y barrancas desde recién comenzada la temporada. Aunque varios jugadores han sorprendido gratamente al técnico italiano como Dejan Kulusevski y Weston Mckennie, ninguno de ellos, por el momento, posee la determinación suficiente para echarse el equipo a la espalda en momentos críticos. Es por eso que CR7 ha pedido a Andrea Agnelli, presidente del club, que hago todo lo posible por fichar a unas de las mejores promesas del fútbol europeo en los últimos años.

Con casi 23 años, el trasalpino ya se ha erigido en las últimas campañas como uno de los baluartes de la Fiorentina y de la selección absoluta italiana. Velocidad, desparpajo, potencia y mucho pundonor son las señas de identidad de un Federico Chiesa que, si estaba esperando la llamada de un grande, puede dar ahora el salto de calidad que necesita su carrera futbolística para terminar de gestarse como un jugador de primerísimo nivel. No obstante, aunque la operación está prácticamente cerrada, la Juve deberá abonar en menos de una semana -antes de que acabe el mercado de fichajes- los 45 millones que cuesta el futbolista, una cantidad que tratará de abaratar el club del Piamonte con la venta de Douglas Costa o Sami Khedira.