El Cholo Simeone alucina con Ñíguez. Cambia de equipo y será la estrella

El jugador formado en las categorías inferiores del Elche da un paso definitivo en su carrera

Saul Ñíguez no era el bueno de la familia. Cuando estaba en edad juvenil, su hermano Aarón, mayor que él 5 años, era considerado uno de los 5 mejores jóvenes de España. Habitual en las selecciones inferiores, era un extremo rápido y de buena conducción. En el 1 contra 1 resultaba imparable. El Elche tenía todas las esperanzas puestas en él. Iba a ser su gran traspaso. Pero se fue al Valencia siendo muy joven. En el conjunto Che se frotaban las manos con él. Casi 8 equipos después el Cholo Simeone alucina con el movimiento que acaba de realizar el “bueno” de los Ñíguez.

Aarón jugaba hasta hace unos meses en Malasia. Había firmado por el Johor Darul cuando el Oviedo, su último equipo en España, le había rescindido el contrato. El conjunto ovetense le firmó como una de las estrellas para su proyecto de ascenso a Primera, pero las lesiones acabaron con la paciencia del club del Principado de Asturias. Se fue por la puerta de atrás.

Antes ya había jugado en Portugal en el Sporting de Braga, en el Tenerife, en el Recreativo, Celta, Xerez, Valencia, en el Iraklis en Grecia… un trotamundos del fútbol con tan solo 30 años. Las malas decisiones, la falta de confianza, las lesiones, han hecho que la carrera de un jugador que parecía un elegido acabe siendo un galimatías.

Saúl siempre dice que cuando eran pequeños no había nadie mejor que su hermano. Era ambidiestro, rápido, podía salir por ambos perfiles y llevaba el balón muy pegado al pie. Sin embargo, se fue difuminando en el fútbol profesional. No aguantó la presión y sus músculos comenzaron a romperse con demasiada facilidad.

Ahora ha firmado por el Málaga, pues quedó libre antes del 31 de enero, y quiere ser la estrella de un equipo que tras la marcha el jeque del equipo va hacia arriba. Este año el ascenso está imposible, pero quien sabe si dentro de un año Aarón Ñíguez ha encontrado su sitio y puede, a sus 31 años, brillar por fin después de tanto tiempo persiguiendo el sueño.

El “bueno” de los Ñíguez sigue buscando su camino. Saul hace tiempo que lo unió al Atlético de Madrid. Es una estrella. Hizo lo que su hermano no pudo conseguir.