Ansu Fati debería aprender la lección: de estrella a estrellado

El jugador iba para crack mundial y está jugando en Segunda División. Se fue del Barça y fue la peor decisión posible

Hay jugadores que quieren dar el salto demasiado rápido. Cuando no deben y de la peor manera posible. Se precipitan mal aconsejados por parte de agentes que no tienen otro interés que no sea el de hacer dinero o mover al jugador para conseguir una comisión futura. Ansu Fati tiene a su padre como agente. Ya ha estado dos veces a punto de no firmar la renovación con el Barcelona. Pero Ansu Fati debería mirar fuera y fijarse en varios ejemplos para no precipitarse. El último es realmente curioso.

Se trata de Jordi Mboula. Para muchos culés el nombre les sonará. Para el resto de seguidores del fútbol puede que no. Y es que era una de las joyas de la cantera blaugrana. Siendo juvenil muchos le comparaban con Messi. Dichosa comparación.

Se fue al Mónaco por 3 millones de euros. En Barcelona se echaban las manos a la cabeza. No había debutado aún con el primer equipo y el precio era realmente bajo. No entendían como dejaban escapar un talento así. Ahora ya llueve menos. El jugador después de tres temporadas no ha triunfado en el Mónaco. Este año estuvo cedido en Bélgica y no ha tenido suerte. En el Círculo de Brujas no contaban con él. El club monegasco le ha cedido ahora a un Segunda División, intentará Mboula hacerlo bien en el Huesca.

Esa ha sido su carrera. Con 20 años ha ido dando pasos hacia atrás. Ya no está en la primera línea y todo ha sido por sus malas decisiones. Ansu Fati debería aprender de ello cuando el Barça le ofrezca de nuevo la renovación. Quizás es el momento de decir sí sin exigir demasiado. Quizás salir del club por la puerta de atrás no es la solución.

La paciencia es una de las armas más importantes para un futbolsitas. Mboula no la tuvo y ahora tiene que empezar de 0. Es joven y le queda mucho tiempo. Ya ha perdido el suficiente.